Capítulo 39

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Verdades que afloran

—No seguiré esperando a que Christian me llame, Alice... Siento que algo malo ha sucedido. —Después de haber estado esperando durante toda la noche alguna llamada o mensaje de parte de su novio y amante, Edward había decidido salir de la casa con toda la intención de ir hasta Seattle y averiguar qué demonios estaba pasando con la familia Grey y sobre todo con el magnate, quien había estado reacio a contestar sus llamadas.

—Sí hubiese pasado algo malo yo ya lo habría visto, Eddy... pero no está pasando nada... ¿Quieres calmarte? —Acotó Alice escribiendo un nuevo capítulo de su fanfic, esperando a que Sam y Jacob volvieran de su retiro espiritual o algo por el estilo había entendido la vampiresa en la reunión del Consejo, donde a pesar de ser una de las criaturas frías y sedientas de sangre como las que repudiaban los Quileutes, había sido muy bien recibida, al igual que la imprima de Jacob.

—A lo mejor el wifi te quedo fallando después de la escapada con Sam... —Acotó Emmett, después de haberle quitado las llaves del Mercedes a Edward, arrojándoselas a Bella, la cual bajaba lentamente las escaleras, atrapándolas ágilmente— ...Cuenta Alice... ya le raspaste el tótem al can y le sacudiste las pulgas con una buena revolcada. —Emmett comenzó a mover la pelvis como si follara, consiguiendo que su menuda hermana se cabreara tanto como lo estaba haciendo Edward ante sus juegos pesados.

—Yo no soy de esas... —Cerró la laptop de mala gana, tomando su celular— ...Sam y yo vamos a esperar a que se calmen las cosas en el Consejo para hacer más formal nuestro compromiso. —Buscó el número telefónico de Mía, notificándole a Edward—. Llamaré a la hermana de Christian y verás que no está pasando nada. —Bella le entregó las llaves del auto a su hermano y antiguo novio, el cual agradeció su madurez, enfocando sus molestos ojos sobre la sonriente cara de Emmett, esperando a que la chica contestara—. ¡Hola, Mía!... ¿Cómo estás?... —Mientras Alice realizaba los saludos correspondientes, Bella recordó todas las veces en las que no había querido responder las llamadas de la hermosa y atolondrada muchacha, rogándole a la providencia para que no preguntara por ella— ... Pues me alegra mucho que tu padre ya esté fuera de peligro. —Tanto Edward como Alice se vieron a las caras, pensando en que si Carrick se encontraba estable, ¿qué demonios tenía a Christian tan ocupado como para no poder contestar sus llamadas telefónicas?—. Dime algo... ¿Has visto a Christian?... es que he intentado contactarle pero no me responde el celular. —Todos pudieron escuchar claramente como Mía le notificaba que hasta su madre lo había estado llamando para decirle como seguía su padre, pero no les contestaba, acotando que ni siquiera había ido a trabajar—. ¡Oh vaya!... Que extraño... ¿No?... —mientras Alice siguió conversando con la estrafalaria muchacha, el celular de Edward sonó, sacándolo tan rápido del bolsillo de su pantalón que estuvo a punto de caer al suelo, atajándole ágilmente, percatándose de que se trataba de Christian.

—¡Hola!... ¿Christ? —El magnate le respondió que en efecto se trataba de él, usando un tono cortante, o eso sintió el vampiro ante el tono de voz que había empleado—. No sabes cuán preocupado me has tenido todo este tiempo... —Salió de la casa para poder tener una conversación privada con su pareja, mientras Alice intentaba culminar la suya con Mía, prometiéndole que iría a Seattle a penas terminara los asuntos pendientes que tenía en Forks.

—Perfecto... —Se dejó escuchar la voz de Mía por el auricular—. ¡Por cierto!... ¿Sabes si Bella está molesta conmigo?... Es que no ha querido responderme los mensajes y mucho menos las llamadas. —Alice observó el serio rostro de Isabella, la cual tomó asiento junto a Emmett, negándose a decir algo al respecto.

—Mmm... pues la verdad es que no sé nada sobre eso, Mía... Bella ha estado muy ocupada con los bebés, así que supongo que no lo ha hecho por eso. —Bella levantó su pulgar aprobando lo que su hermana había usado para cubrir su empeño de mantenerse alejada de la chica.

50 Juegos de Codicia y Poder (Ego contra Ego)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora