50 Juegos de Codicia y Poder (Ego contra Ego)

Capítulo 56

Dedicado a @ablr17 Feliz Cumpleaños, pequeña.

Wattpad no me permite dedicar y no sé porque :(

Tiempo fuera

Habían pasado dos días después de que Christian hubiese sido mordido por Edward, al cual por más que le exigieran ir de cazar, no quiso apartarse ni por un segundo del convulso hombre, quien a cada tanto se despertaba gritando, volviendo a quedar en coma después de una nueva dosis de morfina, aunque seguía estando consciente de su entorno y de su dolorosa trasformación, siendo atacado por sus constantes pesadillas del pasado, angustiando aún más al pobre corazón de Edward, deseando que aquella agonía culminara de una vez y para siempre, leyéndole de vez en cuando uno de sus libros favoritos, intentando calmarle.

Por otro lado los esposos Biers, decidieron regresar a Seattle en compañía de Damon y de Garrett, el cual ya había dado la alerta de secuestro en la casa de los Kavanagh, ordenando solo a sus oficiales vampiros que se dirigieran a la vivienda de la acaudalada familia, para que apresaran a Ethan y se llevaran a los novios a un lugar seguro hasta nuevo aviso, siendo el enamorado de Rebekah Mikaelson el único en tomar otro rumbo, sin decir hacia donde se dirigía.

Carlisle le había permitido a Jasper ocupar una parte de la tercera planta de la casa hasta que decidiera que hacer con Leah y la bebita, ya que, aunque el vampiro se encontraba fascinado con la niña, aquello no aplicaba a la madre, teniendo una fuerte discusión con la lobita por haberle permitido tanto a Embry como a Leila llevarse a su hija hasta la cabaña que compartía con Jacob, el cual esa mañana había decidido ir a visitar a su padre al cementerio, a sabiendas de que la disputa entre su hermana de manada y el ex confederado podría llegar a extenderse hasta aquel lugar, pues Jasper aún no sabía que su bebita se había imprimado, intentando mantener al empático vampiro lejos de Embry.

Mientras todo aquello ocurría, Alice, Emmett, Sam y Seth, remodelaban la casa Black, la cual había sido completamente abandonada por Jacob después de la muerte de su padre, rehusándose a llevar a Leila a aquel lugar, ocupando la cabaña que los hermanos Cullen habían construido para Edward y Bella, creyendo que aquella relación progresaría, sin saber que ahora la remodelarían para su hermano más tímido y callado, y su posible... futuro esposo.

—¿Aun no le has dicho a Edward acerca de tu premonición? —La vampiresa negó con la cabeza, llevando ella sola cinco sacos de cemento, lo que un hombre promedio, jamás podría llevar sin la ayuda de una maquinaria.

—No... ¿Por qué crees que he querido estar ocupada y mantenerme lejos de él?... porque no quiero que lo vea en mi mente. —Arrojó los sacos junto al resto, sacudiéndose la ropa, observando a Emmett llevar una considerable cantidad de bloques él solo, mientras Seth llevaba lo que un hombre promedio llevaría, ayudando a su grandote.

—Eres mala. —Comentó Sam dejando una caja enorme de herramientas de albañilería, mientras que Jared, quien se había unido al regalo de bodas que le tenían planificado a Jacob y a Leila, abandonaba en un rincón de la ya despoblada sala, un par de cuñetes de pintura.

—Es que siempre arruino las sorpresas para Edward, así que esta vez quiero que él se dé cuenta por si solo de lo que pasará cuando Christian despierte. —Miró a Jared—. Gracias. —El chico simplemente asintió, saliendo de la casa en busca de algo más que pudiese sacar del enorme camión de carga que había llegado, mientras Emmett regresaba en busca de más de aquel pedido especial, siendo él quien lo llevara a la reservación—. Mi pobre hermanito ha sufrido tanto y solo quiero que sea feliz. —Alice comenzó a acercarse a Sam, el cual acortó distancia entre ellos, rodeándola con sus fornidos brazos.

—¿Y cuándo será que la señorita Cullen va a pensar en su propia felicidad? —Ella sonrió, rodeando el cuello de Sam con sus delgados y pálidos brazos.