The Rise of the Divine Oracle (Traducción)

Capitulo 38 - Huida

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Wuxian podía sentir como su corazón se aceleraba en su pecho. Era una sensación extraña e incómoda que le estaba causando dolor. Cuando sintió que Cheng lo cargaba, agarró sus túnicas para mantenerse estable por el mareo que le estaba causando el correr. Cheng se había detenido repentinamente y les había gritado a todos que pelearan, lo que hizo que Wuxian abriera los ojos para ver qué está pasando.

Cheng se arrodilló en el suelo, acomodando a Wuxian parcialmente sobre el suelo para liberar una de sus manos para usar a Zidian. Wuxian apenas se le oía: "¿Qué está pasando?" Cheng parecía agitado: "Los espíritus del bosque no nos permiten pasar".

Wuxian observó el panorama a su alrededor para ver a los discípulos teniendo dificultad en luchar contra la gran cantidad de espíritus dirigiéndose hacia ellos. Wuxian trató de incorporarse: "¿Dónde está mi Chengqing? Puedo ayudar".

Cheng azotó a un espíritu cercano y luego decisivo le dijo: "Sólo quédate sentado y déjanos manejarlo a nosotros".

Los espíritus seguían llegando. Cuantos más vencían, muchos más renacían. Cheng se estaba frustrando muchísimo, sobre todo cuando vio a Wuxian fruncir el ceño y agarrarse el pecho con dolor. De repente, una ola de energía blanca es disparada detrás de ellos hacia los espíritus. Cheng suspiró aliviado y miró hacia atrás, esperando ver a Lan Wangji. En su lugar, vio a los discípulos del Clan Lan corriendo a toda velocidad con Taiho y su guqin en mano. Bhao se situó frente a Cheng y Wuxian mientras los otros chicos se separaban para ayudar al resto a luchar contra el ataque de los espíritus.

Wuxian respiraba con dificultad: "Cheng... algo está... mal. Duele".

Cheng lo agarró de nuevo y lo cargó. Gritó: "¡DESHAGAN LA FORMACIÓN! NECESITAMOS LUCHAR A LA VEZ QUE NOS MOVEMOS". Intentaron moverse, pero cada pocos pasos, el suelo comenzaba a temblar nuevamente y más espíritus emergían. Cheng se estaba cansando. Miró a su alrededor y vio a Jin Ling y Sizhui cerca de él. Le gritó a Sizhui: "¡Tú! Ven aquí y protege a Wuxian". Dejó a Wuxian sobre el suelo y palpó su fría frente. Cuando Wuxian abrió sus ojos con dolor para mirarlo mientras él le sonreía y le dice: "Respira hondo y concéntrate en regular tu energía. Voy a despejar el camino para que podamos seguir avanzando". Wuxian asintió y volvió a cerrar los ojos. Cheng agarró a Sizhui por el cuello de sus túnicas y le gritó: "¡Mantenlo vigilado! ¡Si empeora, avísame!". Se levantó y agarró su espada de Jin Ling y se apresuró a eliminar espíritus.

La pelea duró más de lo que le hubiera gustado a Cheng. Si esto continuaba, Wuxian no sobreviviría. Cheng escaneó sus alrededores desesperadamente, tratando de encontrar una salida. De repente escucharon una cítara sonando sobre suyo. Una figura en ropas blancas y con una gran ola de energía blanca acabó con la mitad de los espíritus. Hanguang Jun finalmente había llegado. Cheng dejó escapar un suspiro de alivio y gritó: "¡ÉL HA SIDO ENVENENADO! ¡LLÉVATELO Y VETE AHORA MISMO!" Wangji asintió y corrió hacia su vínculo del alma, quien se encontraba tirado en el suelo. Sin dudarlo, alzó en brazos a Wuxian y saltó sobre Bichen, volando hacia la ciudad. Lijian saltó sobre su espada para seguirlos.

Lijian informó a Wangji sobre lo que había sucedido por el camino. Wangji, preocupado, miró a Wuxian quien se encontraba envuelto y temblando entre sus brazos. El hombre más pequeño abrió los ojos y sonrió con dolor cuando vió a su vínculo de su alma: "... Zhan". Wangji inclinó la cabeza: "Mantente fuerte".

Llegaron en medio de una gran conmoción. Wuxian fue llevado al curandero quien le hizo muchos brebajes y le pinchó muchas agujas. Wangji se había quedado con él todo el tiempo, furioso cuando el curandero le dijo que el veneno fue administrado con días de anticipación. Alguien pagará con su vida cuando Wangji encuentre las pruebas.