Capítulo especial

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Spencer

El reloj marcaba las 8 de la noche, y aún no tenía mensaje de Rosalie, ambos quedamos en que llevaría a Ophelia al Karaoke y nos sentariamos juntos.

Llevaba escribiendome con Ophelia desde hace más de dos semanas, ella es una chica increíble. Su risa era contagiosa, y me gustaba como su cabello corto se meneaba con el viento.

Entre al Rosie's Bar, me sorprendió que no estuviera tan lleno como otros días. En una mesa en el rincón estaba Rosalie y Ophelia, esta última llevaba una blusa blamnca y unoa falda verde, con sus clasicos zaptaos cafe. Se veía hermosa.

-Buenas noches, que sorpresa encontrarlas aquí- les decía
-Hola, ¿Como estas?- Rosalie dijo mientras me saludaba con un beso en la mejilla
-Hola - dijo ella levantando la mano en saludo
-Siéntate con nosotros- dijo la rubia.

Rosalie como siempre tenía su cerveza en mano, me sorprendía lo buena que aguantaba el alcohol en su cuerpo. Ophelia por su parte no tomaba, según ella no había tenido buena experiencia y jamás volvió a tomar.

-Enseguida vengo, ese chico de la barra me está invitando un trago y hoy me siento un poco sola - dijo mi amiga la rubia, si algo tenía ella era su experiencia en ligar.
Ophelia me dedico una sonrisa de boca cerrada, sus pecas en sus mejillas la hacía ver tan tierna, siempre vestia como un hada de jardin, era adorable, pero sus ojos son muy intimidantes.

-¿Encontraste el libro que buscabas el otro dia?- le pregunté
-Si, es muy bueno, pero no entiendo al protagonista-
-Nunca los entiendes-
-eso es cierto, pero si es muy buena, deberias leerlo-
-Tal vez lo haga-.

Me gustaba su voz, y su apariencia, pero más me gustaba la redundancia de su persona, su forma de vestir y actuar no se comparaba como era ella en realidad. Es tímida, pero le gustan los riesgos, es romántica empedernida pero muy desconfiada de las personas. Le gusta mucho el color negro, aunque le gustan los vestidos floreados. Se escondía entre los libros pero es muy buena conversando, sus opiniones son fuertes y las defiende, le gusta mucho el atardecer y el vino tinto.

Y podría contar un sin fin de como es ella, pero jamás acabaría. Ophelia es un chica que no te encuentras dos veces, pero lo que más me gustaba de ella no eran sus virtudes, eran sus defectos y la forma en que los amaba, y yo también quería aprender a amarlos.

-¿Quieres ir de caminata mañana?- me pregunto ella
- ¡Si!- eso sonó muy intenso -Digo, si esta bien- mejor.

Me gusta, me gusta mucho y no se que hacer, jamás me había gustado una chica como lo hace ella. He estado con muchas chicas, y me arrepiento de muchas otras, pero ella, ella se siente diferente.

-¿Crees que la literatura renacentista es aburrida? - preguntó ella
-Bueno, la característica principal es que el hombre era el centro del universo, mucho deja a desear-
- Si, pero vio nacer a escritores como William Shakespeare-
- Eso es cierto, pero siguen sin gustarme sus historias, el hecho de que los protagonistas se suicidan porque no pueden estar sin el otro me parece absurdo-
-Pero ten en cuenta que es en siglo XV, las novelas apenas empezaban y el amor era el tema principal de cada una-
-Aun así es absurdo, Romeo y Julieta son la pésima demostración de amor-
- Eso sí lo ves con ojos de la actualidad, pero si fueras un joven del siglo XV el cual amas profundamente a una mujer que no puedes tener, que es recíproco, sin embargo aunque tu estés vivo pero la otra persona no, el siempre hecho de que te joderan la vida lentamente y que la persona que amas esta muerta, yo también me hubiera suicidado-
-El suicidio nunca es la solución, y sigue sin gustarme el romance de Romeo y Julieta-.

Por estas cosas me gusta, puede hablarte de temas profundo como el arte, la literatura, la ciencia, pero también cosas sencillas como la vida diaria. Amelia es una caja de información que poco a poco te va dando algo.

-Sabes que, me aburro de debatir ahora vuelvo-
Me dio una sonrisa y dio la vuelta. ¿Ella se dirige a donde creo que va?

Si, así es. Ophelia se subió al escenario y le dijo algo al encargado del Karaoke.

What I Am de ZAYN sonó por todo el lugar. Su voz era dulce pero fuerte, la melodía era suave y se sabía adaptar a la canción.
Esa letra, ¿Debería emocionarme? No quiero hacerme ilusiones, tal vez se lo dice a alguien más, si no me haré ilusiones.

-Cantas muy bonito- le dije cuando bajo del escenario
-Gracias- sus mejillas se sonrojaron por lo que volteó la cara
-¿Quieres irte de aquí?- le pregunté
-Si, ¿Me acompañas a mi casa?-
- Por supuesto-
-Sólo deja le aviso a Rosalie para que no se preocupe-

Ella camino hacia Rosalie, seguia en la barra con un chico, despues de eso salimos del karaoke y nos encaminamos a su casa. El pueblo era muy alumbrado de noche, además había luna llena. Pasaban de las 10 de la noche y algunos seguían despiertos, pero era Viernes así que se entendía.

Caminábamos por las calles del pueblo, aún faltaba cruzar toda la avenida rodeada de campo verde para poder llegar a su casa. Sería un camino solitario de regreso.

Ella me llegaba a los hombros, podía ver su perfil, era muy hermosa. Sus ojos verdes hacian juego con su vestimenta verde, jugaba con sus dedos.
El silencio nos encapsulo, pero no era nada incómodo, deje mis manos caer. Caminábamos en silencio, empezábamos la avenida cuando su mano rozó la mía. Ella acercó su meñique y tomó el mío, una descarga recorrió mi espalda y un nudo se hizo en mi estómago. Separó su mano un poco y recorrió desde mi muñeca hasta llegar a mi mano. Sus dedos se entrelazaron con los míos, su piel era suave y sus manos eran delicadas en comparación a las mías.

No hubo palabras, sólo sensaciones, y así era siempre, entre nosotros las palabras no eran necesarias, nuestros cuerpos se buscan solos, y cada sensación, y sentimiento nos hacía sentir invencibles.

Cartas de veranoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora