Querida Madre:
Hoy hice lo jamás hice cuando estabas. Me escapé de casa.
¿Puedes creerlo? Me parecía tonto cuando otros adolescentes lo hacían, se supone que nuestros padres saben porque nos prohibían salir, pero ahora no me importa.
Estoy con dos chicos y otra chica que no conozco, estamos en medio del campo con música en el auto a todo volumen. El aire choca contra mis mejillas y puedo ver la luna llena en todo su esplendor. Siento la música en mi cuerpo, bailo hasta que mis pies duelen. Me siento libre, sin preocupación alguna, y muy relajada, aunque eso creo que se debe al cigarro de marihuana que fume y sin duda a las más de tres cervezas. Nada me importa, ni que tu no estés, ni de los secretos que me esconde Spencer, ni que en menos de un mes es mi cumpleaños, ni mi estúpido padre, ni lo que pasará de mi en el futuro, nada importa.
Whatever it takes de Imagine Dragons suena en la bocina del auto, bailo y bailo sin parar, tomó de las manos a la chica y ambas giramos, podía escuchar sus risas. Me recoste en el campo y veía las estrellas, aún soltaba risas. Me sentía muy relajada, me sentía feliz, como hace mucho no lo estaba.
Tal vez ahora no estés orgullosa de mi, yo tampoco lo estoy pero no quiero sentir, no quiero recordar, sólo quiero olvidar.
Com cariño, Ophelia.
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Cartas de verano
Teen FictionOphelia a tan sólo tres meses de cumplir sus 18 años, decide pasar el verano en un pequeño pueblo donde su madre solía vivir de niña. Su tía Lucía la amaba tanto como podía hacerlo, y aunque la madre de Ophelia no estaba a su lado, siempre podía hab...