Carta 8

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Querida Madre:

-Disculpa, estas invadiendo mi espacio, ¿Podrías retirarte?- dijo una voz gruesa a mi espalda.

Así lo conocí, "Serendipia", era lo que describía exactamente como nos conocimos.

El lago al que visitaba cuando necesitaba tranquilidad ya era de alguien más, ya tenía la huella y fragancia de otra alma. Y lo entiendo, yo también soy territorial con los lugares que me dan paz, pero no había necesidad de ser grosero.

-Disculpa, no sabía que venía alguien más, pero puedo irme si te molesta mi presencia- le dije mientras me levantaba del suelo y le daba la cara.

No pude entender su expresión, sus ojos aún tenían destellos de frustración, pero sus labios me dieron una sonrisa de lado. Sus ojos eran verdes, y su cabello rubio combinaba perfecto. ¿Es así cuando me dijiste que algún día encontraría a alguien me llamará la atención tanto como para querer saber su nombre?.

- No me molesta tu presencia, pero tal vez pueda compartir un poco mi espacio si me dices tu nombre- me dijo sin dejar esa sonrisa de lado.
- Soy Ophelia,Ophelia Harper- extendí mi mano en saludo
- Un placer conocerte Ophelia, soy Spencer- me dijo mientras tomaba mi mano, su piel era suave y la yema de sus dedos eran rasposos.

Madre, no se quien sea el, pero de verdad me interesa conocerlo. ¿Alguna vez conociste a alguien asi? En el fondo de mi alma desearia que estuvieras aqui y me dijeras que hacer. 

Con cariño, Ophelia.

Cartas de veranoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora