Querida Madre:
Decidí tomar terapia con la psicóloga del pueblo, es muy buena y me entiende como a nadie.
Todos los domingos acompaño a la tía Lucía a misa, ella ha sido como una madre para mi, la quiero demasiado.
Spencer ha estado ahí para mi, cualquier cosa sólo basta con llamarlo y el esta aquí. Sin embargo me enterado de algo con respecto a el, se que fuma y eso no es lo importante, sino la cantidad que fuma, el cree que no me doy cuenta pero se que se fuma alrededor de una cajetilla diaria, es adicto y no quiere admitirlo. Ojala estuvieras aquí para que me aconsejaras.Rosalie ha sido de las mejores amigas, me acompaña a la floreria, a veces nos vamos de picnic las dos y otras sólo se queda a comer en casa y aveces hacemos pijamadas.
Mi vida se está acomodando a la perfección, empiezo a sentirme bien conmigo misma, y con tu partida. Mi cumpleaños es unos días y he decidido quedarme permanentemente en Bibury, en la ciudad hay una universidad a la que quiero ir. Y estudiaré lo que más me apasiona, letras, estoy escribiendo un poemario tal vez pronto pueda publicarlo con editoriales.
Ahora es mi turno de ayudar, Spencer me necesita más que nunca, tengo que ayudarlo con su adicción, mi terapeuta dice que sólo puedo ayudarlo si el quiere mi ayuda, hablaré con el y espero que la quiera. Me destrozaria saber que no pude ayudar a otra persona que amo. Te extraño tanto.
Con cariño, Ophelia.
Pd: sigo hablando con la señora de la floreria, ella leyó la carta y le hubiera gustado conocerte. Ademas me ha dado una caja, creo que son cartas. Me dijo que el momento de lerlas sera cuando me haya dejado de aferrar a tu fantasma.
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Cartas de verano
Teen FictionOphelia a tan sólo tres meses de cumplir sus 18 años, decide pasar el verano en un pequeño pueblo donde su madre solía vivir de niña. Su tía Lucía la amaba tanto como podía hacerlo, y aunque la madre de Ophelia no estaba a su lado, siempre podía hab...