Carta 19

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Querida Madre:

Un acróbata en el hilo, es así como se define la vida.
Depende de un hilo, depende de tu equilibrio para mantenerte en el hilo. Cuando estas equilibrada puedes hacer acrobacias y estas feliz, hasta el público aplaude, pero cuando el equilibrio se va, caes y el público se ríe de ti.

Un día estas feliz dispuesta a superar todo, y al otro basta sólo una carta en el fondo de tu armario para que todo caiga.
Mamá, perdóname. Estaba dispuesta a superarlo, a salir adelante con mi tía y con las personas que quiero, pero no pude.

Mi pecho subía y bajaba con mi respiración irregular, mis manos no paraban de temblar, estaba hiperventilando, no se sentía real, sentí que iba a morir, pero no fue así. Desde que te fuiste los ataques de pánico son constantes en mi vida, y no se sienten bien.

Una carta, sólo bastó una para que todo se fuera al carajo. Llevo dos días encerrada en estas cuatro paredes, sintiendome sola y desolada. Te has ido, y me has dejado sola, ahora siento que mis intentos de avanzar sólo me hicieron retroceder.

¿Se supone que debo olvidarte para sanar?
No quiero olvidarte, eres mi madre, y te amo como a nada.

Con cariño, Ophelia.

Cartas de veranoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora