Carta 23

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Querida Madre:

Es tiempo de dejar ir cualquier sentimiento de culpa y dolor. He platicado con alguien que me ha cambiado la vida, faltan sólo 2 semanas para mi cumpleaños, es difícil hacer esto sin ti, pero el intento se debe hacer.

Estaba en la floreria mojando los tulipanes cuando una anciana con cabello gris y ojos verdes se me acerca.
-Eran las favoritas de mi hija, siempre le llevó a su lápida cada cumpleaños-
- Lo siento mucho, también eran las favoritas de mi mamá- le dije con una sonrisa
-Conozco esa mirada, la conozco muy bien-
-¿Que mirada? - le cuestione
-Esa mirada que dice, tengo que olvidarte para ser feliz pero me niego a hacerlo, ¿Me equivoco? -
- No lo hace-
-Dejame darte un consejo- dijo ella y dirigió la mirada hacia mi - No tienes que olvidarla, a un ser querido que se ha ido no se le tiene que olvidar, el siempre vivirá en tu corazón y en tus recuerdos, pero tienes que aprender a vivir con el ahí, pero no tienes que olvidarlo, es imposible, se le ama tanto que duele pensar en ella, pero tienes mucho que vivir y créeme que algún día notarás la foto de tu madre y sólo quedará un dulce recuerdo- dijo ella.
La mire a los ojos soltando unas lágrimas, las personas ancianas eran las más sabias, tal vez lo que necesite es hablarlo y no callar lo que siento. La señora me dio una sonrisa
-¿Como se llamaba su hija?- le pregunté
-Emily Evans, era una chica dulce, murió el otoño pasado, era una buena persona- respondió la anciana. 

Ahora me doy cuenta de muchas cosas mamá, quería olvidarte para que dejara de doler, ¿Pero como me permito querer eso? Eres mi Madre, la persona que más amo, no puedo olvidarte. Pero tal vez es hora de dejarte ir.

Con cariño, Ophelia. 

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