Esto era algo nuevo, uno de nosotros era un traidor y por eso los niños de todas las dimensiones estaban desapareciendo sin saber cómo estaban, todo ¿Por culpa de alguien de los que están aquí?
No lo podía creer, todos nosotros somos buenas personas que no deseamos el mal para nadie, solo queremos paz y tranquilidad para vivir en nuestras dimensiones.
El silencio había regresado, creo que todos nos preguntábamos quién era el traidor o incluso si esas palabras eran reales.
-Eso no importa ahora –dijo Arthur como si nos hubiera leído la mente –ahora tenemos que hacer el siguiente paso de atraer a lo que sea que se lleva a los niños para llegar a ellos
-Tienes razón –dije –lo del traidor... tal vez solo sea una mentira
Era tonto, las brujas de ramas no dicen mentiras, pero... no creo que sea algo que me guste tener en la cabeza ahora, los niños son más importantes en este momento y yo confío en todos los que están aquí, tal vez.
-¿Cómo hacemos para transformarnos en niños? –pregunté
El plan era transformarnos en niños Lucius, Jimin, Arthur y yo justo esta noche, no podemos seguir perdiendo tiempo.
Como la única que tenía la magia adecuada para hacer esto era la jefa Luna, ella fue la que dio las indicaciones para hacer esto.
Primero, tuvimos que conseguir ropa para niños, lo cual fue fácil porque usaríamos las de Greace y León, lo siguientes es que necesitaríamos una bebida de chocolate para cada quien, la magia de la jefa Luna y una canción de cuna cantado por una madre amorosa.
Nosotros cuatro nos sentamos en el sofá de la sala, con cobijas cubriéndonos la espalda ya que cuando fuéramos niños nuestra ropa nos quedaría pequeña y con la cobija podríamos cubrirnos. Teníamos la ropa de niño que nos podríamos a nuestros pies, la taza de chocolate caliente en nuestras manos, a la jefa Luna delante de nosotros diciendo cosas en un idioma raro y moviendo las manos y a Mily sentada en otro sofá cantando una canción de cuna que supongo suele cantarles a sus hijos.
Mientras la jefa Luna hacia la magia, nosotros bebíamos el chocolate, dejándonos llevar por el sabor, la temperatura de la bebida, la comodidad del sofá y la calidez y hermosa voz de Mily. Realmente todo esto me había sentir como una niña, quería correr a los brazos de mamá y que me abrazara.
Poco a poco comencé a sentir mi ropa más grande, pero no me detuve y continué tomándome el chocolate, al final, tuvimos que tomarnos el chocolate de un solo trago y cuando bajé la taza los resultados fueron más que evidentes.
Dejé la taza en el suelo y me cubrí con la cobija.
-Wow –dijo Edric –son... niños
Nosotros nos miramos, era alucinante y tierno verlos a todos de niños de 5 años.
Sobre todo, Jimin se veía demasiado lindo.
-¿Cuánto tiempo tenemos? –pregunté pero todos sonrieron al escucharme
Mi voz de niña era graciosa en este momento.
-Tienen 8 horas –dijo la jefa Luna
-Creo que eso será tiempo suficiente –dijo Arthur y todos sonreímos por su voz
Bajé del sofá y tomé mi ropa.
-Iré a cambiarme
La ropa de Greace me quedaba perfectamente bien. Mily me había dado un vestido color café de tirantes que me quedaba por encima de los tobillos, con una camisa de cuello de color blanca y de mangas largas. No era diferente, mamá solía vestirme con vestidos así cuando era niña, lo había visto en fotos viejas, lo único diferente era que mis vestidos parecían que los habían hecho con los manteles floreados de mi abuela, eran horrendos, pero este era lindo.
Salí de la habitación para encontrarme con todos los demás que estaban en la sala ya con ropa de niños.
-Ahora, solo queda dormir y esperar –dijo Lucius
-Bien, primero cenemos algo
Y eso fue lo que hicimos, todos nos acercamos a la mesa donde Edric, la jefa Luna y Mily tuvieron que ayudarnos a subir a las sillas al no alcanzar.
Después de cenar, todos nosotros fuimos a la habitación de los niños.
-No sabemos a qué nos enfrentamos –dijo Arthur –pero por lo menos deberíamos llevar algo para defendernos
-¿Cómo qué? –preguntó Jimin
-Tengo algunos cuchillos de cacería en mi habitación –dijo Edric
-Algo como eso nos ayudaría mucho
-Voy por ellos
Edric salió de la habitación mientras nosotros subíamos a la cama. Lucius y Arthur dormirían del lado de la cabecera mientras que Jimin y yo dormiríamos del lado de los pies.
-¿Seguros que esto funcionara? –preguntó Mily
-Lo hará, confía en nosotros –dije
Edric regresó y a cada uno nos dio un cuchillo.
-Espero que con esto... sea suficiente
-También yo –dijo Lucius
Hubo un silencio, todos estábamos nerviosos porque no sabíamos a dónde nos llevaría esas cosas o siquiera si funcionaría.
-Suerte –dijo Edric
-Gracias
Apagaron las luces, cerraron la puerta y se fueron.
Los cuatros estábamos sentados mientras sosteníamos con fuerza los cuchillos.
-Supongo que es como cuando viene Santa Claus –dijo Jimin
-¿Cómo es eso y quién es ese Santa Clus? –preguntó Arthur
-Un viejo barrigón vestido de rojo que lleva regalos a todos los niños bien portados de todo el mundo en una sola noche, tienes que dormir para que venga o no lo hace
-Suena... raro un viejito que entra a tu casa en las noches –dijo Lucius –e imposible viajar por todo el mundo en una noche, pero... nada tiene lógica últimamente, vayamos a dormir
Los cuatro nos recostamos para poder dormir.
En una mano yo sostenía con fuerza el cuchillo y la otra la tenía libre, pero sentí la mano de Jimin deslizarse hasta tomar la mía, lo que me hizo abrir los ojos.
Él no dijo nada, solo me dio una rápida sonrisa sosteniendo con más fuerza mi mano, entendía lo que me estaba diciendo. No sabemos dónde despertaríamos, y si nos sosteníamos así, probablemente podríamos despertar juntos.
No recuerdo en qué momento me quedé completamente dormida, pero recuperé mi conciencia comencé a sentir mucho frío y no la comodidad de la cama, al contrario, era como si estuviera en el suelo.
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Los hijos de la línea 26 y los niños desaparecidos (ParkJimin)
JugendliteraturPareciera que todo iba con calma, pero, la desaparición de las almas nuevas son el inicio del final. 2/2