Los hijos de la línea 26 y los niños desaparecidos (ParkJimin)

14

-¿Hace cuanto comieron?

-Suelen darnos comida seguido -contestó la niña

-¿Sí les dan de comer? Eso es bueno -dije -¿Quién es el que les da de comer?

-Nadie -negó León -la comida solo aparece

-¿Solo aparece? -preguntó Lucius

-Sí, la comida solo aparece aquí -señaló a sus pies, supongo que se refería a que la comida aparece a los pies de la puerta

-Entonces ¿No hay personas? –preguntó Jimin y los niños solo negaron con la cabeza en señal de que no

Si no hay personas, entonces ¿Quién es el responsable?

-De casualidad ¿Han escuchado hablar sobre un rey? –preguntó Arthur

-No hemos escuchado nada –dijo Greace –no hemos oído hablar a nadie ni hemos visto a nadie

Todos nos quedamos en silencio, supongo que estábamos pensando en alguien que fuera responsable de cuidar, atrapar y vigilar a los niños, pero no se me ocurría nada ni tampoco una explicación para este lugar.

Como no podíamos hacer nada, solo caminamos por el pasillo, uno de nosotros se quedó en el salón donde estaban las estatuas mientras los demás íbamos a la otra esperando que con esto aclaráramos la idea de que eran dos salas diferentes, pero no, era una sola sala.

Con eso pudimos saber que, los niños estaban bien, entre los que estaban aquí pude encontrar a los primeros niños que desaparecieron en mi dimensión, estaban los sobrinos de Lucius y más, entonces todos estaban aquí, no en las mejores condiciones, pero por lo menos estaban vivos y los alimentaban, supimos que solo era el área donde estaban los niños y la sala de las estatuas, no supimos dónde estábamos, si seguíamos en la dimensión 2 o en otra, no había puertas de salida, ni ventanas, tampoco encontramos a ninguna otra personas más que los niños.

Después de un tiempo, comencé a sentir mucho sueño, demasiado. Lucius no se había separado de sus sobrinos, por lo que nos habíamos quedado sentados en el piso junto a ellos, hablando, hablando con los demás niños para calmarlos y alentarlos a que pronto regresarían con sus padres, que tuvieran paciencia.

Estábamos sentados en el suelo, Jimin estaba a un lado de mí, mi cabeza comenzaba a pesarme y por eso decidí recargarme en el hombro de él.

-¿Cansada? –preguntó

-Un poco... bastante

-También me siento cansado –se restregó los ojos –más de lo normal

No sé qué más pasó, simplemente cerré los ojos y cuando volví a abrirlos, estábamos de vuelta en la habitación en casa de Edric.

Miré a mi lado y Jimin estaba dormido, estábamos acomodados tal cual nos habíamos ido a dormir, miré a la ventana y me di cuenta de que era de noche.

Ahora que estábamos de vuelta, éramos adultos, por ende, mi ropa ya no me quedaba, ni a los otros, lo bueno de todo esto era que la habitación estaba a oscuras y no pude verlos a los demás. Tomé la cobija con la que nos habíamos cubierto antes de dormir y me enrollé en ella antes de bajar de la cama.

Salí de la habitación y me detuve en la sala.

La jefa Luna, Edric y Mily al parecer estaban a punto de cenar, pero al verme todos detuvieron sus actividades.

Las dos mujeres se me quedaron viendo, pero Edric se giró de prisa.

-Volvieron –la mirada de Mily esperando ver a sus hijos me hicieron sentir mal -¿Dónde están los demás? ¿Dónde están mis hijos?

-Yo... los demás están en la habitación... lo siento, Mily... no pudimos traerlos

-¿Qué? –chillo

-No pienses más –me apure a decir –ellos están bien, los vimos, hablamos con ellos, los alimentan, están bien, pero no supimos cómo traerlos

-¿Están bien?

Edric se emocionó y se giró, pero al darse cuenta que yo seguía solo vestida con una cobija volvió a darse la vuelta.

-Iré por tu ropa –dijo

-Gracias

Edric pasó a un lado de mi a la habitación de él y Mily.

-¿A dónde fueron? –preguntó la jefa Luna

-No sabemos, era un lugar raro, había... -miré a Mily porque no quería decir que los niños estaban en unos calabozos y preocuparla, pero debía decir las cosas para saber si la jefa Luna sabía algo –ellos, están en una especie de calabozos

Mily soltó un chillido cubriéndose la boca.

-Todos están bien –repetí –todos están totalmente bien, los alimentan, no están heridos, están bien

-¿Calabozos? –repitió la jefa Luna

-Sí, salimos por un pasillo, parecía que estábamos en una cueva y cuando salimos, había una enorme habitación con estatuas gigantes, tenían mascaras doradas

-¿Gigantes? –se quedó pensando

-¡Chicos! Aquí está su ropa –escuchamos a Edric gritar desde el pasillo dejando la ropa de ellos a los pies de la puerta y después se acercó a mí para darme la mía

-Gracias –dije

-Puedes cambiarte en nuestra habitación

La puerta de la habitación donde estaban los chicos se abrió y solo la mano de Jimin fue la que salió para tomar la ropa.

Miré a Luna esperando una respuesta.

-Ve a vestirte, pensaré en algo por mientras

-Bien

Me di la vuelta para ir a la habitación y vestirme. Cuando salí, todos ya estaban en la sala hablando.

-No entiendo lo de los gigantes –dijo la jefa Luna en cuanto me vio –no recuerdo haber visto ninguna información de eso

-Tampoco yo lo entiendo –dijo Arthur –creo que no había nadie cuidando de los niños porque realmente no hay una salida por donde puedan escapar

-Entonces, por eso regresamos, porque nuestro tiempo como niños terminó –dijo Lucius –si volvernos a transformarnos en niños, podremos regresar

-¿Y hacer qué? No sabemos cómo sacarlo, debemos encontrar una manera desde afuera, no había una desde adentro

Mientras todos estábamos en la sala, poco a poco comenzamos a sentir como todo se movía, las cosas comenzaron a sonar por el movimiento.

-Vamos, vamos, afuera, todos –gritó Arthur apurándonos a todos para que saliéramos

Corrimos por las escaleras hasta que salimos.

Había personas afuera que también habían salido corriendo, los edificios se movían, se escuchaban cosas a lo lejos cayendo, rompiéndose, tronando, los focos, las luces, todo parpadeaba mientras el movimiento parecía hacerse cada vez más intenso, al final, las luces se apagaron dejando a la ciudad entera en completa oscuridad donde solo la luna era la única fuente de luz.