-Rey Oto, tengo lo que necesito, pero creo que esto merece un poco de su magia –grité
-¿Rey... Oto? ¿El rey de los gigantes? –preguntó Joseph -¿Puedes hablar con él?
-Él me trajo aquí
-¿Cómo...?
-Es una larga historia –sonreí un poco
La esfera que apareció antes volvió a aparecer saliendo del piso hasta quedar a la altura de nuestros rostros.
-¿Qué es lo que deseas?
-Tengo un frasco de atmako amsu que según la información que tenemos podemos vencer a esa amissa anima con él, pero necesitamos fórmalo en una espada ¿Puedes convertirlo en espada?
No hubo palabras, simplemente el frasco se volteó hacia un lado haciendo que todo el líquido dentro se derramara en el suelo. El líquido comenzó a templar como si se tratara de un terremoto, pero poco a poco con cada vibración comenzaron a formarme perlitas de ese líquido que al mismo tiempo se juntaron para formar una espada, una espada que parecía de cristal.
-Increíble –la tomé del suelo para levantarla y darme cuenta que no era nada pesada. Mire a Joseph simplemente para darle las gracias por su ayuda
-Por favor, dile al rey Oto que lo lamento demasiado, en serio... estoy profundamente arrepentido
-Yo...
-Nosotros también lo lamentamos –la voz del rey Oto volvió a resonar –el error fue mutuo y pedimos por tu perdón
-Creo que las palabras no son suficientes ¿No? –sonrió Joseph un poco decaído
-Jamás bastaran
-Volvamos, rey Oto, para reparar esto de una buena vez
-Dime cuando estés listo
-Jimin, dile a Juliette... que lo lamento y a Jean Paul también, diles que... espero puedan perdonarme realmente
-Todos ya te hemos perdonado, pero se los diré
-... Gracias
Le di una sonrisa como despedida y la luz de la esfera volvió a hacerse muy brillosa como para hacerme cerrar los ojos y cuando los abrí, ya estaba de vuelta en el bosque, con la espada de atmako amsu en mi mano.
Corrí entre los árboles hasta estar de nuevo en el campo de batalla. Aún era de noche y aún estaba peleando todo, pero claramente se veían más cansado.
-¡Bellator! –llamé su atención -¡Dale con esto! –me miró confundido sacudiendo la espada sobre mi cabeza -¡Confía en mí!
Soltó su espada y corrió hasta donde estaba yo para tomar la que yo tenía. Regresó a acercarse a "él" mientras que yo corría a los capullos de raíces que seguían intactos.
Eso era lo que necesitábamos, en unos cuantos movimientos entre Arthur y Bellator se terminó. El amissa anima murió.
Cuando Bellator le dio el golpe final, un horrible grito se escuchó en todo el campo y después simplemente el cuerpo se desplomo en un montón de cenizas que fueron absorbidas por la tierra.
Los capullos pasaron por el mismo proceso, se volvieron de color negro para después desmoronarse en cenizas.
-Ivy... Ivy –la tomé en brazos para sacudirla un poco, ambos estaban inconscientes
-Lucius –Arthur arrojó su espada a un lado para dejarse caer a un lado de Lucius
-Ivy ¿Me escuchas?
Los dos despertaron con una gran bocanada de aire.
-Está bien, está bien, tómatelo con calma –la incorpore un poco para que le fuera fácil hacerle llegar el aire a sus pulmones –ya está todo bien
Arthur, Bellator y yo nos miramos con una sonrisa en los ojos para dejarnos caer sobre el suelo, cansados pero aliviados.
Ivy
Después de recuperarnos un poco Lucius y yo, nos quedamos un momento sentados sobre el césped, el sol comenzaba a salir dándole paso a un nuevo día.
-¿Ahora qué? –pregunté a Bellator -¿Los niños podrán regresar a casa?
-Es lo más seguro
-Debemos ir con el rey Oto y aclarar esto –dijo Lucius –aún supongo que debemos discutir las circunstancias de Jimin
-Hablemos ahora –se escuchó la gruesa voz del Rey Oto y tan pronto como la escuchamos, la tierra bajo nosotros comenzó a tragarnos
Sería una sensación horrenda el ser tragado por la tierra, pero no ahora, era más como ser tragados por tela suave hasta hacernos llegar al salón del rey.
-Esa amissa anima ya no causara más problemas –dijo el rey –pero no estamos exentos a que otros de nuestros hermanos caigan por ese camino, así que, si no les molesta, nos quedaremos con la espada, además, les agradezco por habernos mostrado un modo de detenerlos, cuanto antes, daré las indicaciones para comenzar con la creación de armamento con atmako amsu
-Puede quedarse con la espada –dije –pero ¿Qué hay de los niños y de Jimin?
-Los niños regresarán a casa en cuanto ustedes salgan de aquí, con sus familias y en cuanto Jimin... sería un error mío castigarlo cuando el error también fue de nosotros
Ante sus palabras sentí un gran alivio.
-A la ayuda que nos brindaste, te pido una disculpa como reencarnación del Rey Joseph y te libero de cualquier castigo
-Y como reencarnación del Rey Jospeh, majestad, le pido una profunda disculpa y tampoco deseo proceder con un castigo ante lo sucedido –dijo Jimin con una mano en el pecho
-Y si no es mucha molestia –Lucius dio un paso adelante -¿Qué pasará con ustedes? ¿Volverán a dormir?
-No, nos mudaremos de dimensión
-¿Mudarse? ¿A dónde?
-A la dimensión Atatu y borraremos de las memorias nuestra existencia a la primera dimensión, dejaremos en paz a la segunda y viviremos tranquilos en la tercera
-¿Por qué no presentarse en nuestra dimensión? –pregunté
-Aún son demasiado ignorantes para procesar nuestra existencia
Sé que así somos, así que no dije nada antes esa decisión.
-Espero que las cosas entre humanos y gigantes este en paz por un largo, largo tiempo
-Nosotros también, majestad –respondí
-Espero verlos en mejores circunstancias la próxima vez
-Nosotros también esperamos lo mismo
Por fin todo había terminado, cuando regresamos a casa, los sobrinos de Lucius ya habían vuelto al igual que todos los demás niños, los gigantes que habían aparecido con los terremotos se habían ido y las cosas ahora parecían más tranquilas.
-¿Algo interesante? –pregunté mientras Jimin y yo caminábamos por la ciudad
Después de algo tan agitado, necesitábamos un poco de paz, así que una buena idea era caminar por la ciudad que aún era tranquila al haber pocas personas, supongo que el futuro será más ruidoso cuando las familias que se fueron regresen.
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Los hijos de la línea 26 y los niños desaparecidos (ParkJimin)
Teen FictionPareciera que todo iba con calma, pero, la desaparición de las almas nuevas son el inicio del final. 2/2