-Lo he estado investigando por un buen tiempo -me mostró los papeles que había escrito y yo los entendía porque el mismo Joseph me había enseñado a leer hace tiempo -hay una manera de mandarlos a dormir para siempre
-¿Dormir?
-Sí, busqué en muchos libros y descubrí que existe la posibilidad de hacerlos dormir, si logramos deshacernos de su yugo, puedo ser un mejor rey ¡Por fin podría dormir tranquilo! Sin miedo a que cuando despierte me den la noticia de que hubo una masacre por culpa de ellos
-Majestad, eso no pasará, ellos nos protegen, no se interponen en nuestras leyes ni decisiones, vivimos en paz los unos con los otros... no harán una masacre contra nosotros nunca
-¿Cómo sabes eso? ¿Ah? Solo porque eres amiga de uno de ellos
-Todos son amigos, el rey Oto es un buen rey, no nos harán nada
Se quedó en silencio, se hizo hacia atrás pegando su espalda en el respaldo de su silla.
-Majestad –me acerqué al escritorio –necesita tomarse un descanso ¿Por qué no deja que alguien más tome las obligaciones por usted por un tiempo?
-Juliette ¿No crees que algún día esos gigantes van a aplastarnos como simples moscas?
-No, no lo harán, confío en ellos
No me dijo nada, solo se me quedó mirando. No sé si entendió mi punto y bajó el nivel de paranoia sobre el tema de los gigantes con intenciones de lastimarnos, pero después de eso, cambió de tema.
Por día, parece que estuvo más tranquilo, las veces que nos vimos no menciono más el tema de los gigantes, lo que me mantenía tranquila.
-Saldré un momento –dije
-¿Irás con el anciano Nue?
-Sip
-De regreso ¿Podrías pasar con el panadero? Dijo que mi pedido de las bolsas de harinas las tendría hoy por la noche
-Claro, iré antes de regresar
-Gracias
Después de despedirme de todos, tomé un abrigo ligero y salí. Esta vez no iría por el costal de flores de zanahoria, había pasado muy poco tiempo como para que recolectaran un saco, así que sería en la siguiente ocasión.
Así que simplemente fui directo al bosque.
Todo iba bien, todo iba en calma, estaba emocionada por escuchar la historia que me contaría el día de hoy, pero todo cambio, mis pasos fueron más lentos conforme me acercaba a donde estaba el anciano Nue.
El terror de la imagen hizo que mi corazón palpitara demasiado rápido, podía sentirlo en mis oídos y en mi garganta.
-¿A-Anciano... Nue?
Delante de mí, ya no había una roca gigante y dormida que en cuanto lo llamará se movería y me dejaría ver al anciano, en su lugar, había un montón de rocas, pedazos de roca.
-No
Fue un susurro, un chillido, lo único que pude sacar de mi garganta. Las manos me temblaban, las piernas, la cabeza me dio vueltas y como pude, arrastre hasta las rocas y me dejé caer de rodillas. No sabía qué hacer, no sabía cómo ayudarlo así que simplemente lloré.
¿Quién pudo hacer esto? ¿Quién es tan cruel como para asesinar a un ser tan amable y noble?
-Es por nuestro propio bien
Levanté la cabeza y abrí los ojos, de entre los árboles salió Joseph, seguido de algunos soldados que apenas enfundaban sus espadas.
-¿Qué?
-Te dije, que tarde o temprano ellos nos aplastaran como insectos, yo solo estoy protegiendo a mi pueblo, te estoy protegiendo a ti, Juliette
-¿Tu lo mataste?
-Me lo agradecerás en el futuro
-¡¿Agradecerte?!
Me levanté de suelo de un salto con intenciones de acercarme a él, pero la velocidad de sus guardias fue más rápida. No me dejaron acercarme demasiado a él y fueron incluso tan rápido como para desenfundar sus espadas y apuntarlas a mi cuello.
-¡Te dije que ellos no eran una amenaza!
-¡Lo son, Juliette! ¡Todos ellos nos amenazan cada día!
-¡Eres un traidor! ¡Ellos nos dieron todo cuando más lo necesitábamos!
-Soy el rey, y no tengo por qué escucharte ni dar explicaciones de mis acciones
Con la mano dio la señal de que bajaran sus espadas.
-Puedes tomarte unos días de descanso, si así lo deseas
Iba a darse la vuelta para macharse, pero mis palabras lo detuvieron y lo hicieron mirarme.
-Te odio tanto, rey Joseph, demasiado
No dijo nada, simplemente continuo con su camino para volver, mientras que yo volví a derrumbarme sobre el suelo, lamentándome por haber perdido a mi amigo.
-...iette... Juliette, despierta
Para cuando abrí los ojos me di cuenta de que me había quedado dormida sobre el césped, ya era de noche y solo las luces de las antorchas iluminaban el lugar.
-Me alegra que estés bien, llevamos horas buscándote
-¿Buscándome?
-Son más de la media noche, Marion dijo que venias a ver al anciano Nue y después con el panadero, pero nunca llegaste
-Yo... -miré a mi alrededor, además de Jean Paul había dos hombres más, los encargados del establo –el anciano Nue –miré los restos de roca esparcidos por todo el piso –tenías razón, su majestad... quiere destruirlos a todos
-Lo lamento
Comencé a llorar y él me dio un abrazo para consolarme.
-Jean Paul –lo alejé de mi
-¿M?
-... Me uniré a ustedes
-¿En serio? –me miró con incredulidad
Acepté con la cabeza.
-Quitemos al rey Joseph del trono
-Está bien
Me sentía traicionada por Joseph, le conté el anciano Nue con la intención de que él se diera un tiempo para venir y escuchar algunas de sus historias, disfrutar un momento, quería que lo conociera porque quería que la persona de la que estaba enamorada y el ser al que quería como un abuelo se conocieran, pero ahora... solo quiero detenerlo, si sus intenciones son en serio hacer dormir a todos los gigantes, debemos detenerlo antes de que los elimine a todos.
No tenía un lugardonde vivir que no fuera el palacio, pero al tener permiso de Joseph deausentarme unos días de mis deberes, Jean Paul me ofreció una habitación de sucasa, solo por un tiempo, tiempo que usaríamos para terminar de formular elplan que él y su grupo ya habían estado planeando desde hace días.
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Los hijos de la línea 26 y los niños desaparecidos (ParkJimin)
Teen FictionPareciera que todo iba con calma, pero, la desaparición de las almas nuevas son el inicio del final. 2/2