Capítulo V: La nueva canción y la interrupción.

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Narra Fiorella.

George insistió que me fuera con ellos en los carruajes. Antes de subirnos se nos unieron dos chicas del curso de los gemelos; Alice Spinnet y Angelina Jonhson, en cuanto las vi supe que me arrepentiría de no haberme ido con Harry y los demás.

Las saludé y en silencio me subí a la carreta, desde donde estaba sentada logré ver como Angelina se acercaba a Fred y lo saludaba con coquetería y luego se acercaba a George, con una actitud completamente diferente, y finalmente saludo a Lee.

Cuando Lee, que fue el último en subir, cerro la portezuela del carruaje. El Thestral comenzó a avanzar. Mientras ellos conversaban yo veía como la caravana de carruajes avanzaban por el camino.

— ¿A qué no saben que paso este verano? – preguntó Angelina con euforia, lo que llamo mi atención.

— Si no nos dices, no lo sabremos – dijo Alicia, siguiendo el juego de su amiga.

¿En serio quiere que pensemos que ella no lo sabe?... ella es su amiga, por favor. – pensé

— Me han nombrado capitana del equipo de Quidditch – espetó con felicidad.

Los chicos celebraron y Angelina me miró.

— Felicidades, Angelina – dije con sinceridad – estoy segura de que te lo mereces.

— ¡Ooh! – exclamó sorprendida – Gracias, Fiorella.

Asentí, mientras el carruaje se detenía con un tintineo, cerca de los escalones de piedra que conducían a las grandes puertas principales del castillo.

Lee fue el primero en bajar, seguido de las chicas, los gemelos y por último, baje yo. Miré hacia ambos lados; en busca de Harry, Ron o Hermione, entre todos los alumnos.

— ¿A quién buscas? – preguntó George

— A los chicos – contesté como si fuera obvio

— Tal vez los encuentres en el vestíbulo – dijo George - ¡Vamos!

Asentí, siguiéndolo hasta el vestíbulo, el que resplandecía con la luz de las antorchas, y en él resonaban los pasos de los alumnos que caminábamos por el suelo, de losas de piedra hacia las puertas que había a la derecha, las que conducían al gran comedor donde iba a celebrarse el banquete de bienvenida.

— Ya los vi – informé a George – nos vemos luego, pelirrojo – y me despedí de él dándole un beso en la mejilla.

Los alcance hacia la mitad de la mesa, donde encontramos cinco asientos libres entre Nick casi Decapitado, Parvati Patil y Lavender Brown; las dos chicas saludaron a Harry con efusividad fingida, lo que me indicaba que habían estado hablando de él.

Me senté al lado de Neville mientras Harry, Ron y Hermione estudiaban, con la mirada, la mesa de los profesores.

— No puede haberse marchado – comentó Ron, algo angustiado.

— Claro, que no – dijo Harry, fervientemente.

— No le habrá... pasado nada, ¿verdad? – sugirió Hermione con inquietud.

— No – respondió Harry de inmediato.

— Pero, ¿entonces dónde está?

— Tal vez, solo, aún no llega – dije en voz baja, para que no me oyeran Neville, Parvati y Lavender.

— ¿A qué te refieres? – Preguntó Ron

— Claro – dijo Harry - Ya saben..., de su misión, de eso que ha estado haciendo este verano para Dumbledore. – me miró y asentí, indicándole que eso era a lo que me refería.

La prometida de Draco MalfoyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora