Capitulo X: La primera prueba

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A la mañana siguiente hice mi ritual habitual y luego salí de mi cuarto hacia el gran comedor a desayunar.

Cuando estaba por entrar al comedor me encontré con un gran grupo de alumnos de Hufflepuff, entre los que pude identificar a Cedric, él me miró sonriendo y yo, sin saber qué hacer, desvié la mirada y rápidamente caminé hacia el interior de gran salón.

Busqué a Hermione con la mirada y la encontré desayunando mientras conversaba con una linda chica pelirroja.

— Buenos días – Saludé sonriendo

— Buenos días, Fiore – Correspondió la castaña, mientras me sentaba y mi desayuno aparecía ante mí – Te presento a Ginny Weasley

— Mucho gusto – sonreí – soy Fiorella Abbondanzieri

— Es un placer conocer por fin a la famosa Fiorella – sonrió encantada

— ¿Famosa? – pregunté – creo que te equivocas de persona – reí y miré a Hermione, que se encogió de hombros

— George... – Respondió la Pelirroja

— ¡Oh! Claro – exclamé – eres la hermana menor de Georgie – dije con diversión asiendo un ademan con la mano (Que estúpida soy)

— ¿Georgie? – preguntaron Ginny y Hermione a coro

— Bueno... él me dice Enana, lo que odio, – Expliqué – entonces yo le digo Georgie, cosa que él odia – me encogí de hombros y las chicas rieron.

Continuamos conversando mientras comíamos, minutos después llego Harry.

— Hola Harry – saludé cuando se sentó junto a mí.

— Hola – respondió sonriendo

Las chicas lo saludaron y siguieron conversando, Harry lucía un tanto intranquilo.

— Harry – Llamé su atención – respecto a lo de anoche... te juro que mi intención no era espiarte, ni nada por el estilo... es sólo que me quede dormida en la butaca mientras leía – espeté con las mejillas rojas.

— Debo confesar que al principio lo sospeche, pero te conozco y sé que no lo hiciste con esa intención, sólo estabas en el lugar equivocado en un momento equivocado – dijo Harry sonriendo

Después de terminar el desayuno, Harry nos llevó, a Hermione y a mí, a dar un paseo. En los terrenos del colegio, mientras bordeábamos el lago, Harry nos contó todo lo de los dragones y lo que le había dicho Sirius (haciéndome una breve introducción de quien era Sirius Black).

— Primero vamos a intentar que el martes por la tarde sigas vivo, y luego ya nos preocuparemos por Karkarov.

— Sí... respecto a eso – dije a lo que los dos me miraron – creo que deberías decirle a Cedric – Harry me miró con cara de circunstancias – Lo de los dragones, Harry – puntualicé sonriendo – por lo que nos dijiste Madame Maxime estaba ahí, es más que obvio que le contará todo a Fleur y Karkarov se lo dirá a Viktor, pero nadie se lo dirá a Cedric y eso realmente es injusto.

Harry asintió, demostrando que estaba de acuerdo conmigo.

Dimos tres vueltas al lago, pensando cuál sería el encantamiento con el que se podría someter a un dragón. Pero, como no se nos ocurrió nada, fuimos a la biblioteca. Buscamos todos los libros relacionados con animales y criaturas mágicas, y nos pusimos a buscar entre esa alta pila de libros.

— «Embrujos para cortarles las uñas... Cómo curar la podredumbre de las escamas...» Esto no nos sirve: es para chiflados como Hagrid que lo que quieren es cuidarlos...

La prometida de Draco MalfoyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora