Capítulo I: Huida

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Narra Fiorella.

Aquí estoy, sentada en el mismo lugar oscuro y frío desde hace días, meses, quizá, ya no lo sé; no tengo la menor idea del transcurso del tiempo. Huele a húmedo y a agonía. Mi cuerpo y mi alma duelen, mis huesos escuecen; como si algo los quemara por dentro, estoy cansada y hambrienta, la verdad no sé desde cuando no pruebo bocado.

No he visto, ni hablado con nadie, excepto con mi padre. Él baja al calabozo, en donde me mantiene encerrada, todas las mañanas y las noches; para propinarme una buena dosis del castigo que según él merezco, algo excesivo si lo preguntan... pero es necesario para reformarme en la vida y dejar de "cometer los mismos errores de siempre".

No he logrado conciliar el sueño desde hace mucho, a veces, cuando logro quedarme dormida las pesadillas o los dolores me despiertan.

El sonido de la puerta metálica abrirse logró sacarme de mi letargo. Preparándome psicológicamente me levante y camine hacia esta (puerta), pensando que era Costantino (Mi padre). En cambio, vi a una criatura pequeña y de grandes ojos azules.

— ¿Phyllis? – pregunté viendo a la elfina parada frente a mí - ¿Qué haces aquí abajo? – la miré asustada – si mi padre te encuentra aquí, no dudará en matarte – le advertí.

— Ama Fiorella – me llamó con angustia en su chillona voz – Phyllis sabe lo que puede pasar, pero Phyllis necesita que la señorita Fiorella sepa que Phyllis sabe todo – me informó.

— ¿De qué hablas, Phyllis? – pregunté sin comprender.

— Phyllis escucho al amo Costantino, por casualidad, hablar sobre su amigo – notificó y la miré extrañada – por el que la castigan, señorita Fiorella.

— ¿Harry? – pregunté preocupada - ¿Qué le ha pasado a Harry, Phyllis?

— Fue atacado por Dementores, Srta. Fiorella

— ¿y qué, demonios, hacían Dementores en el mundo muggle?

— No lo sé, Srta. Fiorella – contestó la elfina – pero...

— ¿Él está bien? – inquirí

— El señor Harry Potter hizo el encantamiento Patronus frente a un Muggle.

— ¿Qué? – estaba anonadada por aquella información – eso puede hacer que lo expulsen de Hogwarts, ¿verdad?... – replique preocupada – él aún es menor de edad y es una violación al estatuto internacional del secreto mágico. – sentía que la preocupación iba en aumento y con ello mi cansancio y dolor de cuerpo. Me senté en el suelo, intentando tranquilizarme.

— Phyllis también escuchó que el joven Sr. Harry Potter tendrá una audiencia en el ministerio, para aplicarle la sentencia. Ama Fiorella – habló.

— ¿Cuándo?

— Pasado Mañana – anuncio la elfina.

Aunque estaba débil y adolorida, mi mente seguía funcionando.

— ¿Dónde está mi padre y mi hermana? – pregunté.

— El amo Costantino y la ama Brina se están preparando para la boda, ama Fiorella. – me avisó

— ¿Qué boda? – pregunté

— Phyllis se refiere a la boda de su hermana, Srta. Fiorella – contestó, Luego me miró y con voz maternal dijo: Phyllis también trajo comida para el ama Fiorella.

— ¿En serio? – pregunté sin poder creer que Phyllis estuviera poniendo en riesgo solo por cuidarme.

La elfina hizo un, elegante, movimiento con la mano y frente a mi aparición un plato lleno de comida.

La prometida de Draco MalfoyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora