Capítulo XI: El decreto de Enseñanza N° 24

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El domingo acompañe a los chicos fuera del castillo, como volvía a hacer un soleado día de otoño, nos tumbamos a la sombra de un gran Haya, junto al borde del lago.

Harry y Ron pasaron gran parte del día poniéndose al día con los deberes, mientras que Hermione, que obviamente llevaba sus deberes al día, tomo unos ovillos de lana y encantó sus palillos de tejer, que tintineaban y destellaban suspendidos en el aire delante de ella, mientras tejían gorros y bufandas sin parar, logrando desconcentrarme, de vez en cuando, de mi lectura.

A la mañana siguiente, cuando bajé de mi dormitorio, me encontré con Harry y Ron.

— Buenos Días – Los saludé alegremente – ¿Cómo les fue en el entrenamiento?

— Hola – saludaron al unísono y sonrieron

— Bien – agregó Harry – Angelina, quiere que comencemos a trabajar en una nueva jugada.

— Que bien – contesté, viendo como delante del tablero de anuncios se empezaban a agrupar muchas personas - ¿Por qué hay tanta gente delante del tablero de anuncios?

— Ni idea – contestó Ron.

Los tres nos acercamos al tablero, en donde habían dejado un enorme letrero, tan grande que tapaba los demás carteles: la lista de libros de hechizos de segunda mano que estaban a la venta, los habituales recordatorios de Argus Filch sobre las normas del colegio, el horario de entrenamiento del equipo de quidditch, las ofertas de intercambio de cromos de ranas de chocolate, los últimos anuncios de Fred y George para contratar conejillos de india, las fechas de las excursiones a Hogsmeade y las listas de objetos perdidos y encontrados. El nuevo letrero estaba escrito con grandes letras negras, y al final había un sello oficial junto a una pulcra firma cargada de florituras.

Por orden de la Suma Inquisidora de Hogwarts.

De ahora en adelante quedan disueltas todas las organizaciones y sociedades, y todos los equipos, grupos y clubes.

Se considerará organización, sociedad, equipo, grupo o club cualquier reunión asidua de tres o más estudiantes.

Para volver a formar cualquier organización, sociedad, equipo, grupo o club será necesario un permiso de la Suma Inquisidora (profesora Umbridge).

No podrá existir ninguna organización, ni sociedad, ni ningún equipo, grupo, ni club de estudiantes sin el conocimiento y la aprobación de la Suma Inquisidora.

Todo alumno que haya formado una organización o sociedad, o un equipo, grupo o club, o bien haya pertenecido a alguna entidad de este tipo, que no haya sido aprobada por la Suma Inquisidora, será expulsado del colegio.

Esta medida está en conformidad con el Decreto de Enseñanza n.° 24.

                                                                                                                            Firmado: DoloresJane Umbridge
                                                                                                                                                       Suma Inquisidora

Leímos el letrero mirando por encima de las cabezas de un grupo de afligidos alumnos de segundo. Nos miramos horrorizados.

— ¿Significa esto que van a cerrar el Club de Gobstones? – le preguntó uno de ellos a su amigo. Sacándonos de nuestros pensamientos.

— No creo que haya problemas con el Club de Gobstones – dijo Ron con tristeza. El alumno, que no lo había visto, dio un respingo –. Pero no creo que nosotros tengamos tanta suerte, ¿no les parece? – nos preguntó, a Harry y a mí, cuando nos apartamos de los de segundo.

La prometida de Draco MalfoyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora