13. 𝐏𝐬𝐚𝐥𝐦 𝐗𝐗𝐗𝐕𝐈𝐈:𝟑𝟎

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«La boca del justo habla con sabiduría, su lengua dictará el juicio»

Salmos 37:30


Golpeó el suelo con la punta de su pantufla. Tenía los brazos cruzados sobre su pecho, sosteniendo su bata para cubrir su pijama de seda. Se sentía muy expuesto con sus ropas para dormir, porque no debería estar a esas horas fuera de su estudio de investigación o de su habitación personal.

Se mordía el interior de la mejilla y tenía el presentimiento de que algo inusual estaba sucediendo y no le agradaría en lo más mínimo.

Para empezar, Seokmin aparentemente se encontraba encerrado en el vivero. La llamada le resultó extraña porque el joven hombre sonaba más animado de lo normal para estar estudiando a esas horas de la noche y con un examen a la vuelta de la esquina.

Seokmin era una persona positiva y alegre, pero su voz debería sonar más cansada o al menos no tan feliz teniendo en cuenta la razón por la cual llamó a Joshua. Aparte de qué aún quedaba la duda de cómo se había quedado encerrado en el vivero.

Joshua había ido a la puerta, intentando abrirla sin éxito y al llamar a Seokmin desde afuera, este no respondió.

Pero antes de sacar su celular para ponerse en comunicación con él, le pidió ayuda a Chan para que hiciera algo con la puerta eléctrica, ya que el chico se encargaba de todos los sistemas de la sede.

Así que estaba esperando a que lo resolviera.

Tal vez estaba siendo paranoico, pero Joshua no podía evitarlo. Era extraño que Seokmin no acudiera a la puerta si es que había quedado encerrado en el vivero.

Mientras esperaba a que Chan arreglara el sistema de la puerta, marcó al celular de Seokmin para tener más información de su situación.

A pesar de tener su amplitud, la biblioteca siempre estaba muy silenciosa, así que Joshua pudo escuchar el tono de llamada entrante desde el celular de Seokmin. Pero no donde esperaba escucharlo.

Sonaba distante y en alguna parte detrás de él.

Joshua frunció el ceño puesto que lo lógico sería que sonara dentro del vivero, así que retrocedió sobre sus pasos y siguió el sonido de la canción Here Comes The Sun para llegar a la ubicación del celular de Seokmin.

Caminó hasta donde estaban las mesas, en dónde también se hallaban las notas y libros del estudiante. Pero su celular sonaba más alejado, cerca de los estantes de libros.

Joshua ya no negó sus sospechas de que algo estaba fuera de lugar, al contrario, estas incrementaron.

Siguió el sonido del tono de llamada hacia los libros y buscó entre ellos, en uno de los estantes no tan alejados de la puerta de entrada a la biblioteca.

Buscó entre las repisas, dónde la canción sonaba más fuerte. Sacó varios libros y los siguió moviendo, hasta que localizó uno que parecía estar fuera de lugar, mal colocado.

Lo tomó, y así de grueso que era, había dentro de sus páginas algo que no pertenecía allí.

Abrió el libro y encontró el celular de Seokmin con el tono de llamada que aún sonaba.

Joshua colgó su propio celular, llevó el libro consigo y también el dispositivo de Seokmin en el que supuestamente (realmente) le había marcado minutos antes diciendo que estaba encerrado en el vivero.

"¿Qué significa esto?" pensó con el ceño fruncido y caminó hacia la mesa donde estaban las cosas de Seokmin, dejando tanto el libro como el celular ahí.

En la Ciudad de la Furia (WonHui/GyuHao/SeokSoo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora