20. 𝟐 𝐂𝐡𝐫𝐨𝐧𝐢𝐤 𝐗𝐗𝐗𝐈𝐕:𝟐𝟕

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«...y tu corazón se conmovió, y te humillaste delante de Dios al oír sus palabras sobre este lugar y sobre sus moradores, y te humillaste delante de mí, y rasgaste tus vestidos y lloraste en mi presencia, yo también te he oído, dice Jehová»

2 Crónicas 34:27


Joshua jadeó, tomando todo el aire en sus pulmones.

Las lanzas de energía demoníaca de Gremory atravesaron a Seokmin por completo, por cada extremidad de su cuerpo y su torso.

El exorcista no lo podía creer. Había fallado, había

Seokmin sonrió. Seguía de pie. Seguía vivo. Tenía la mano derecha con la palma dirigida hacia el demonio. Aquella, en dónde una cruz de luz brillaba.

El Sello de Salomón de Joshua. La restricción de los demonios.

Las lanzas que perforaban a Seokmin se fueron fundiendo dentro de él, sin que le hubieran causado una sola herida.

El exorcista observó aquello con estupefacción porque su cerebro aún seguía conmocionado por haber sido testigo del ataque a Seokmin. Sin embargo, estaba sucediendo algo más.

La energía demoníaca pareció desaparecer dentro del humano como si se disolviera en su interior. Gremory, que antes parecía tan tranquilo con su gesto casi inalterable, entendió antes que Joshua la situación.

Seokmin sabía lo que tenía que hacer. El demonio había caído en su trampa, se había puesto la soga al cuello a sí mismo.

Gremory se llevó las manos a la cabeza y gritó, todo el cuarto retumbó y los oídos de los humanos dolieron, pero Seokmin no vaciló.

La cruz en su mano brilló con intensidad, de manera similar a como lo hacía el rosario del exorcista.

Hubo una vibración de energía, proveniente de Seokmin. Joshua la sintió, cubriéndose los oídos por los gritos agudos y distorsionados de Gremory.

El duque del infierno tenía toda la razón de reaccionar así, no podía escapar.

El atacar directamente a Seokmin con su energía había sido su condena, porque no lo podía afectar, no lo podía corromper.

Seokmin había sido poseído, con un demonio dentro de él que había sido expulsado por completo y purificado directamente por un exorcista tan poderoso como Joshua.

Y el Sello de Salomón contenía demonios. Jeonghan se lo explicó.

«Lo que tú puedes hacer para proteger a tu santito es actuar como un contenedor, cómo una cárcel temporal. Una cárcel de demonios»

«¿Y cómo puedo hacer eso? Yo no tengo ninguna de sus habilidades extrañas, soy un humano común y corriente»

«Eso no es verdad. Fuiste marcado por una posesión y eso no se quita nunca. Tu cuerpo ha tenido energía demoníaca, y al ser exorcizado, ha tenido energía pura. Reconoce ambas y por tanto, puede servir de algo. Después de todo, los demonios poseen humanos para tener un cuerpo físico y mortal que controlar, puedes usar eso en su contra»

Seokmin tomó aire y esperó que funcionara. Tuvo el impulso de cerrar los ojos pero se fijó directamente en Gremory.

«¿Estás diciendo que tengo que provocar que un demonio me posea?»

«Así es, una posesión forzada»

La vibración aumentó y Gremory fue perdiendo su forma de mujer hermosa y fantasmal, convirtiéndose en energía demoníaca, una bruma negra flotando en medio de la habitación.

En la Ciudad de la Furia (WonHui/GyuHao/SeokSoo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora