𝟒𝟑. 𝐃𝐚𝐧𝐢𝐞𝐥 𝐗:𝟏𝟗

236 42 19
                                    

«y me dijo: Muy amado, no temas; la paz sea contigo; esfuérzate y aliéntate. Y mientras él me hablaba, recobré las fuerzas, y dije: Hable mi señor, porque me has fortalecido»

Daniel 10:19


Era un puente blanco rodeado de un espacio vacío que llevaba hacia abajo a una especie de precipicio, y el puente a su vez llevaba a un elevador más adelante. Wonwoo corrió hacia él, presionando el botón.

Miró a su alrededor, esperando por el elevador que se tardó unos segundos en subir y abrirse. Su corazón latía con rapidez, finalmente había cruzado las puertas. ¿Qué encontraría detrás de ellas?

Entró al elevador que parecía uno regular y vio que había varios botones con varios niveles subterráneos, pero presionó el de más abajo.

El elevador comenzó a bajar y Wonwoo miró su reloj que comenzó a tener problemas para funcionar, era digital y los números se distorsionaron conforme descendía en la sede. También sacó su celular y se dio cuenta de que no encendía. Le pareció extraño, pero no tuvo tiempo de pensar en eso puesto que llegó hasta el nivel que seleccionó y las puertas del elevador se abrieron.

Lo que vio fue un amplio jardín enfrente con el techo blanco que parecía moverse como ondas con gris, el cual parecía expandirse infinitamente y más allá, un árbol tan grande que se extendía tan arriba que la vista apenas lo abarcaba, su tronco era muy grueso y si no fuera por su tamaño, sería un árbol normal, pero no lo era, y Wonwoo salió del elevador con la boca abierta, viendo hacia arriba, al jardín y ese árbol enorme.

Comenzó a caminar en la hierba aún observando alrededor. Había cuatro ríos fluyendo hacia el árbol, alimentando sus raíces.

Allá adelante estaba Joshua frente al tronco del árbol y Wonwoo estaba demasiado ensimismado con ese lugar y lo que podría significar si creía lo correcto que siguió avanzando, viendo el jardín con ojos atentos.

El árbol grande tenía ramas gruesas y hojas verdes oscuras, grandes también. De verdad parecía un árbol regular, sólo masivo. Pero Wonwoo sabía que no lo era, que sólo era una visión material de algo más.

Era el único árbol del lugar, lo demás eran hierba y los ríos y ese cielo ondeante.

Joshua suspiró y se giró, pero vio al cazador y se llevó una mano al pecho, sorprendido y alarmado.

—¡¿Wonwoo?! ¡¿Qué haces aquí?! —exclamó, acercándose al azabache de gafas que apenas notó la voz de Joshua por estar pensando en muchas cosas.

—Esto es-

—Wonwoo, no me hagas obligarte a irte de aquí a la fuerza, y sabes que puedo —Joshua dijo, poniéndose enfrente de Wonwoo que no se inmutó.

—Joshua, ya estoy aquí, y me resistiré, he querido entrar desde hace mucho y ver lo que hay escondido, pero jamás imaginé... —Abrió mucho sus ojos—. Los frutos del árbol, la entidad de la que hablas en tu bitácora, ¡es esto! ¡Es real!

—¿Mi bitácora? —Joshua puso un gesto horrorizado—. ¿Leíste mi investigación?

Pero a Wonwoo no le importó echarse de cabeza. Se acercó a Joshua y lo tomó de los hombros, viéndolo fijamente.

—Joshua, dime qué es este árbol, porque tengo varias teorías, pero una me resuena más y-

—¡Wonwoo! ¡Escúchame! No puedes estar aquí y no sé cómo leíste mi bitácora de investigación, pero esto no se va a quedar así-

En la Ciudad de la Furia (WonHui/GyuHao/SeokSoo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora