5. 𝐈𝐣𝐨𝐛 𝐗𝐗𝐗𝐕𝐈𝐈:𝟕

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«Él sella la mano de todo hombre, para que todos conozcan su obra»

Job 37:7


Wonwoo caminó por el Canal Sefirot para salir a la Sala Hexagonal donde Hansol estaba fuera del taller limpiándose las manos con un paliacate.

—¡Hey! ¿Han visto a Seungkwan y Chan? Quiero pedirle a Kwan qué se comunique con un espíritu y lo atraiga aquí para poner a prueba el Perímetro de Edén.

Pero Wonwoo negó con la cabeza y cruzó la sala para seguir directo y encaminarse fuera de la sede.

Mingyu, que lo seguía por detrás, se detuvo para responderle al chico.

—Seungkwan no está en condiciones de invocar a nadie, se encuentra con Chan en la biblioteca, tuvimos contacto con Jeonghan.

Hansol abrió mucho sus ojos, recordando al travieso demonio con el que habían trabajado tiempo atrás en una misión excepcional donde necesitaron la ayuda de Jeonghan a pesar de que Joshua se opuso fervientemente a no recurrir a influencias demoníacas.

—¿Por qué? —preguntó con el ceño fruncido.

Mingyu se encogió de hombros, comenzando a caminar para alcanzar a Wonwoo.

—El Cuervo quiere respuestas.

Fue lo que dijo y salió trotando por el pasillo en el cual se podía ver Yabbay City por el cristal. El sol había recorrido gran parte del cielo con rapidez y faltaba poco para que atardeciera por completo.

Salió a la sala principal y alcanzó a ver a su hermano cruzando las grandes puertas que llevaban al túnel de entrada para el elevador.

Se apresuró aún más para alcanzarlo y llegó a su lado, un poco agitado. Cuándo Wonwoo tenía algo en mente su determinación era tanta que lo que estaba a su alrededor parecía perder importancia mientras no estuviera relacionado con su objetivo. Tenía visión de túnel.

Caminaron lado a lado hasta llegar al elevador que abrió sus puertas para que entraran.

Una vez solos, Mingyu tomó aire y giró su cuerpo para quedar directamente hacia Wonwoo que tenía sus ojos clavados en el espejo del elevador.

—¿Desde cuándo puedes hacer un Lazo de Dante? —soltó, cruzándose de brazos.

—Desde que nací de nuestra madre y me condenó a ser mitad demonio y con talento para la magia negra —respondió Wonwoo sin vacilar ni mover su mirada.

Mingyu parpadeó varias veces, levantando los brazos y dejándolos caer a los lados, rendido.

—¿Hasta qué punto estás dispuesto a saber? Vas a darle a un demonio un cuerpo humano.

—En realidad no es un cuerpo humano, porque nosotros fuimos creados del polvo y los demonios, aunque sean moldeados en carne de hombre, siguen siendo naturalmente ajenos a nosotros. El Lazo de Dante sólo les permite tener un excipiente estable en el mundo material, no es que realmente tengan un cuerpo humano. Eso no se crea con magia, sólo Dios tiene el poder y capacidad de hacer algo así —explicó, cuando las puertas del elevador se abrieron, dando al túnel de la cueva, siempre oscura para pasar desapercibida a ojos no bienvenidos.

El «Lazo de Dante», un hechizo de magia negra que sólo brujos con alto grado de poder y concentración podían hacer, consistía en darle un cuerpo a un demonio. Un cuerpo similar al de un humano, pero sólo en esencia. Cómo Wonwoo había mencionado, la naturaleza demoníaca movía el cuerpo, y no el alma humana que era imposible de ser duplicada o imitada.

En la Ciudad de la Furia (WonHui/GyuHao/SeokSoo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora