𝟒𝟏. 𝐄𝐩𝐡𝐞𝐬𝐞𝐫 𝐈:𝟏𝟕

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«Pido que el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre glorioso, les dé el Espíritu de sabiduría y de revelación, para que lo conozcan mejor»

Efesios 1:17


Junhui pareció mirarlo una eternidad. No tenía ningún gesto que Wonwoo pudiera entender, demostrara alguna emoción.

—¿Crees? —habló por fin, inclinando la cabeza a un lado, pero sus ojos eran fijos en Wonwoo, que soltó un suspiro.

¿Qué estaba diciendo? Era mitad demonio y Jun un ángel, sí, le había dicho que Dios no castigaba y permitía el amor entre humanos y seres celestiales, incluso entre demonios y humanos, pero... ¿Un ángel y un demonio? ¿Cómo se le ocurría?

Eso le dolió. Él sabía mejor que nadie lo que denotaba su naturaleza. Era incompatible con la de Junhui, un serafín del Señor.

Jun escuchó sus pensamientos y abrió la boca para hablar, pero Wonwoo rió en forma de autodesprecio, sin gracia.

—Como puedo ser tan estúpido... —dijo, llevándose una mano al rostro—. Tú eres un ángel y yo apenas y soy... lo que soy.

—Wonwoo-

—Perdón, Jun, por mí por creer que tú pudieras corresponder a alguien cómo yo, no te merezco ni en un millón de años ni en un millón de vidas.

—Escúchame-

—De verdad soy un estúpido-

—Jeon Wonwoo, mírame a los ojos y escúchame con atención.

El cazador se sorprendió con la firmeza de la voz del ángel y le hizo caso, mirándolo.

—Eres humano, y sí, también mitad demonio, pero tu humanidad es más grande y siempre has luchado contra el mal, ¿por qué tienes que pensar esas cosas de ti? —dijo, con las cejas bajas y la voz más suave.

Wonwoo puso un gesto de dolor.

—Porque ahora más que nunca me doy cuenta de lo mucho que odio lo que soy, Jun. Porque yo... Quiero estar contigo. Más que todo el conocimiento del mundo, me doy cuenta que lo más quiero es a ti.

Fue sincero, poniendo sus sentimientos en orden.

—¿Y en qué momento te he dicho que no es posible, Wonwoo? ¿Te he rechazado?

Cierto, Jun no le había dicho nada, era él que estaba saliendo con esas conclusiones. Pero era obvio, ¿no? ¿Cómo podría estar con Jun de esa manera?

Bajó la mirada.

—Wonwoo, no sé qué hacer para que dejes de verte con esos ojos de negatividad. No tienes una aureola, pero no la necesitas, no tienes que ser un santo, no tienes que tener alas blancas para estar conmigo.

El cazador levantó poco a poco su mirada y los ojos bellos del ángel estaban en él.

—Padre no te castigaría de esa forma, no me hubiera dejado ser tu ángel si tuviera la intención de hacerte sufrir por ello.

—¿Lo dices en serio?

—No puedo mentir, soy un ángel.

Wonwoo, que ya tenía su helado derritiéndose, no podía creer en esas palabras, eran demasiado buenas para ser realidad. Siempre se consideró indigno, ahora más que nunca con sus sentimientos hacia Jun. Pero a fin de cuentas era un hombre y tenía un corazón.

—¿Entonces eso significa...?

Jun alzó las cejas, Wonwoo dejó las palabras colgando en el aire, hasta que se atrevió a terminar su pregunta.

En la Ciudad de la Furia (WonHui/GyuHao/SeokSoo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora