27. 𝐉𝐞𝐬𝐚𝐣𝐚 𝐗𝐋𝐈𝐈𝐈:𝟕

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«A todo el que es llamado por mi nombre y a quien he creado para mi gloria, a quien he formado y a quien he hecho»

Isaías 43:7


El cazador se sentó en su escritorio y trató de acomodar las hojas que había impreso, en dónde había hecho notas y subrayado con marcatextos las cosas más relevantes de su investigación.

El ángel estaba cerca de él, de pie al lado de la silla de Wonwoo que bebía su café con prisa, ordenando su escritorio que estaba hecho un desastre. Junhui tenía a Juno en sus brazos cargada como bebé y esperaba con paciencia a que el cazador le hiciera las preguntas por las cuales lo había solicitado.

Mingyu seguía preparando la comida y Minghao estaba en el sillón largo de la sala, acompañado de Maynard, viendo Los Muppets otra vez.

A Wonwoo se le cayeron algunas hojas y chasqueó la lengua, así que se agachó, justo cuando Junhui hizo lo mismo. Ambos terminaron golpeándose la cabeza mutuamente.

El ángel cerró los ojos con sorpresa y la primera reacción de Wonwoo fue acariciar el cabello rubio con una mirada de disculpa. Pero no tardó en retirar la mano, avergonzado. Había sido sólo un impulso.

Se aclaró la garganta y vio a Junhui que tenía sus ojos grandes puestos en él, acariciando también el área que se golpeó.

Wonwoo no lo miró por más tiempo y recogió más hojas que se le habían caído, juntándolas con un clip en forma de Saturno para que no se volvieran a desperdigar. Afuera el sol parecía menguado por unas nubes que cubrían el cielo, pero seguía siendo azulado. Tal vez se nublaría más tarde, el clima de ese día era agradable.

Cuando Wonwoo terminó de acomodar el desorden de su escritorio para que al menos luciera decente, se giró en su silla para quedar de frente a Junhui y mostrarle un dibujo que había hecho en plena madrugada.

Los ojos del ángel miraron el boceto hecho a lápiz, pero marcado con algunos colores y letras en hebreo y en alfabeto latino con mala caligrafía.

—¿Sabes lo qué es? —preguntó, señalando el dibujo con el dedo índice.

Junhui, que ya estaba de pie, aún acariciando a la gatita, se tardó en responder.

Sus ojos grandes delinearon cada línea del dibujo y en ellos, Wonwoo notó un reconocimiento en él, hacia esa pregunta; pero la respuesta ya la sabía.

No había forma de que Junhui, un serafín, un ángel del Señor Todopoderoso, no tuviera conocimiento de algo así. Pertenecía a su misma naturaleza.

Sephiroth. El Árbol de la Vida.

Respondió Junhui, con voz tranquila, pero con palabras firmes. Palabras que pronunciaban eso con sabiduría a diferencia de un humano que poco entendía de algo tan misterioso incluso en los años por haber.

Efectivamente, el dibujo que Wonwoo había hecho era el del Sephiroth, o Árbol de la Vida, concepto de la Cábala. Con Diez Emanaciones o Sephirah. Los frutos de Dios.

—"Los ojos de Dios son para los justos", ese es el árbol, ¿no? —continuó Wonwoo—. Es un simple concepto o es algo verdadero, dime Junhui, ¿qué es esto? Me has dicho el nombre, pero, ¿qué es exactamente?

El cazador veía directamente a Junhui a los ojos, el cual seguía mirando al dibujo, con gesto de muñeca, tan neutro que era imposible leer algo en él.

Se agachó para dejar a Juno, la gata blanca de Wonwoo, en el suelo. Luego se enderezó y volvió a tomarse su tiempo para responder. Así que Wonwoo, siempre impaciente, trató de hablar, pero Junhui se le adelantó.

En la Ciudad de la Furia (WonHui/GyuHao/SeokSoo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora