Olor a neumático quemado, la histeria de la gente, motos rugiendo.......Todo por y para el Rey de las carreras de Clock Street, Emilio Osorio ó más conocido por Salvaje.
Una historia de dolor, pasión, amor, desamor mezclado con la ilegalidad, la ad...
Emilio y los chicos se van hoy y yo vuelvo a quedarme sólo. Niko ha accedido a quedarse conmigo unos días, pero no quiero separarlo de Eduardo, aunque él me haya dicho que no pasaba nada. Pero no puedo dejar que ellos se queden sólos, ya que en cualquier minuto todo puede irse a la mierda entre ellos y necesitan una toma de control que les ponga los pies en la tierra y puesto que yo no estoy, Niko tendrá que hacer el doble trabajo.
Estamos en su apartamento mientras yo los observo hacer las maletas y prepararse. Sólo quiero agarrarme a la pierna de mi prometido y suplicarle que no me deje aquí sólo, pero ambos tenemos trabajo y él ya se ha tomado bastantes vacaciones, es hora de volver a la carretera. Apartar los bañadores y cambiarlos por chaquetas de cuero, apartar las gafas de sol y cambiarlos por amuletos de la suerte cómo el collar que aún sigo teniendo yo.
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EMILIO.
No hay cosa que más rabia me dé que dejar a mi prometido aquí sólo, pero es mi deber volver a Clock, competir y seguir ganando dinero para comprar una casa y así poder vivir con mi futuro esposo y consentirle todos los caprichos que quiera. Me duele mirarlo mientras hago la maleta porque quiero que lo único que vaya dentro sea él y llevarlo a casa. Pero es lo que toca, el trabajo es trabajo.
Terminé de guardar todo en mi maleta y me aproximé a dónde estaba él para poder tener unos minutos a solas de despedida.
- Quiero llevarte conmigo, joder - dije envolviendo su cintura mientras él apoyaba sus manos en mi pecho
- Lo sé y yo quiero irme contigo, pero tenemos que aguantar cariño
- 1 mes sin tí es demasiado
- Por favor Emilio, no hagas ésto más difícil - juntamos nuestras frentes.
FIN EMILIO
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Todo ésto ocurría en la misma habitación mientras Niko los miraba con tristeza. Inconscientemente, se abrazó a Eduardo cómo si ellos también se separarían.
- Me dá pena verlos así - susurró
- Lo sé, ninguna pareja que se ame debe pasar por éstas situaciones
Unas horas después se encontraban en el aeropuerto para tomar el avión de vuelta a Londres. Joaquín no le quitaba las manos de encima a Emilio, quería tocarlo hasta el último segundo que iban a estar juntos. También se besaron sin descanso hasta que por el altavoz anunciaron que los pasajeros ya podían embarcar. Obviamente, esperaron a ser los últimos para tener más tiempo libre. Eduardo y Niko se despidieron de Joaquín y los dejaron sólos en la puerta de embarque bajo la mirada de las azafatas.
- Te escribiré todos los días, me acordaré de tí a cada segundo y cada carrera que corra te la dedicaré
- Te amo Emilio - sollozó Joaquín
- Y yo a tí mi amor, no llores por favor. 1 mes se pasa rápido y aunque no pueda besarte recordaré tus besos cada día
- Espérame por favor
- Toda mi vida, eres mi futuro marido recuérdalo - dijo besándole el anillo que le había regalado
- Disculpe señor - interrumpió la responsable de la ventanilla - El vuelo partirá de inmediato
- Está bien - resopló - Te quiero mi vida - dijo dándole un corto, pero intenso beso en la frente
- Ahí no, bésame
Y así lo hizo, lo besó tan profundamente que iba a recordar el sabor de sus labios todo el mes que iban a estar distanciados. Después soltaron sus manos lentamente y Emilio se metió al túnel hacía el avión.
Allí por desgracia le toco lejos de sus amigos, pero le tocó sentarse con una niña que para ese entonces ya estaba dibujando. En cuánto se sentó notó cómo alguien le tocaba la mano.
- Disculpe, ella es Nataly, mi hija. Si le molesta hágamelo saber
- No se preocupe, parece una niña bastante tranquila - sonrió mirándola
El avión despegó y cuándo se encontraban en el aire la niña habló.
- Parece usted bastante triste señor - ella siguió dibujando
- Oh... Llámame Emilio y si estoy un poco triste
- Lo ví dándose besos con ese chico
- Él es mi novio
- ¿Él no ha venido?
- Por desgracia no, tuvo que quedarse allí a seguir trabajando
- Yo también me pongo triste cuándo se acaban las vacaciones y me despido de mis amigas
- Sí...es bastante triste
- ¿Y sabe que me ayuda a estar más feliz? ¡Pintar unicornios! - le enseñó el cuaderno que pintaba
- ¡Nat! Haz el favor de dejar de molestar al muchacho - reprendió la madre
- Oh no, no me molesta para nada - se volvió hacía la niña - Nat ¿me dejarías pintar contigo para dejar de estar triste?
- Siiiii ¿Has oído mami? ¡Vá a pintar conmigo!
Mientras pintaban Emilio miraba a la niña con adoración. Siempre le han gustado los niños, pero no estaba en sus planes la idea de tener hijos, aunque con Joaquín sí que los tendría. Sobre todo niñas para mimarlas, jugar a las princesas, pintarse las uñas, tomar el té con sus peluches ó pintar unicornios. Gracias a Dios que le tocó de acompañante en el viaje a Nataly y se entretuvo mientras ésta le contaba los juegos que le gustaban, cómo se llamaban sus peluches ó simples chismorreos de niña pequeña.
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