Olor a neumático quemado, la histeria de la gente, motos rugiendo.......Todo por y para el Rey de las carreras de Clock Street, Emilio Osorio ó más conocido por Salvaje.
Una historia de dolor, pasión, amor, desamor mezclado con la ilegalidad, la ad...
Emilio no había vuelto a dar señales, se mantenía quieto en la camilla mientras enfermeras y enfermeros limpiaban sus heridas. Eduardo y Nikolás ya habían entrado a verlo y Eduardo intentó motivarlo diciéndole lo genial que era, pero todo era en vano. Siguieron haciéndole pruebas, así que aprovecharon para calmarse e ir a comer, ya que llevaban unas 5 horas en aquella sala de espera rogando por algún avance. Al terminar volvieron a la sala de espera. Silencio, era lo único que escuchaban, eso junto al ruido de los zapatos de los médicos entrando y saliendo de la habitación de Emilio. Joaquín estaba seguro de que nada iba bien y por mucho que doliese admitirlo quizás era hora de asumir todo lo ocurrido. Pero no podía quedarse ahí quieto de brazos cruzados así que volvió a intentarlo.
- ¡Doctor! - lo llamó
- Dígame - dijo saliendo de la habitación
- Usted dijo que el amor es la fuerza que mueve el mundo y que le siguiese dando mi amor aunque ya se lo haya dado ¿no?
- Correcto
- Necesito que todas las personas dentro de esa sala salgan y nos dejen a solas
- Joaquín, él se encuentra inconsciente
- ¿Y? Hace unas horas también lo estaba y dió dos señales. Usted lo dijo
- Está bien, la esperanza es lo último que se pierde. Adelante - entraron - Todos los enfermeros por favor salgan, vamos a probar algo más fuerte que la medicina
- Doctor, no deberíamos dejarlo ahora, está en medio de las pruebas
- Está estable y sin riesgo, así que sí, podéis dejarlo ahora
Finalmente, Joaquín consiguió quedarse a solas con su novio. Las piernas le temblaban y estaba seguro de que si abría la boca no sabría que decir, así que agarró una silla, se sentó y se tranquilizó mientras agarraba la mano de Emilio. Lo miró y su mundo se paralizó. No se había dado cuenta, pero el no tenerlo al lado todas esas semanas hizo que olvidase su cara, pero ahora lo tenía delante y comenzó a recordar su sonrisa cada vez que lo tenía a centímetros de sus labios ó cómo su pelo jugaba con el viento en cada carrera. No podía vivir sin él, no podían arrebatárselo tan suciamente. Se negaba rotundamente.
- Eres todo lo que necesito - susurro - Eres lo más bonito para mí y no, no puedo vivir sin tí. - cogió una bocanada de aire - Tienes que despertar Emilio, tienes que vivir y lo que te pido por favor es que dejes el mundo de las carreras - lloró - Sé que es lo que se te dá bien y lo que amas, pero cariño has tenido 2 accidentes ya y no creo que soportásemos uno más. Ya tienes el título, una carrera más ó una menos... Siempre serás salvaje para mí. Y sí, empecé enamorándome de salvaje, pero terminé loco por Emilio. Recuerdo todo desde que te conocí, tus celos cuándo me viste con aquel chico... Dios ni siquiera recuerdo su nombre - rió - Y me dá igual porque me volvería a meter en tu auto una y mil veces más aunque me rechaces
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
