ƻ°ŦɆMⱣ - 16. ŦØĐØ ɆSŦȺɌÁ ɃƗɆN

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Eduardo aguardaba intranquilo sumido en una espiral de amor, nerviosismo, adrenalina y celos. Todos los allí presentes eran conscientes de lo que estaba ocurriendo con el pelinegro. Ante la sensación de no poder evitar esos sentimientos, Eduardo se agarró del pelo estropeando su tupé bien enlacado siendo inmediatamente reñido por su madre.

- Cariño, tranquilízate. Vas a estropearte entero - dijo mientras volvía a peinarlo

- Estoy nervioso, madre, ésto es jodidamente incómodo - dijo enderezándose el traje

- Mi pequeño hombrecito - dijo acariciándole la mejilla - Se me ha hecho mayor

Eduardo la miró tiernamente sin saber que un segundo después comenzaría esa música que le hizo temblar. Miró a los ojos a su madre mientras ella le asentía con la cabeza y le decía un leve "Todo estará bien". Minutos después, a través de toda la gente, observó cómo un rubio agarrado de la mano de su madre ingresaba en el lugar. Eduardo sintió una mano sobre su hombro y girando inmediatamente la mirada se encontró con Emilio que tenía algunas lágrimas en sus ojos.

- Estoy muy orgulloso de tí hermano - le susurró al oído

Después de eso el pelinegro le asintió y observó cómo el rizado tomaba asiento en la primera fila acompañado de sus padres. Volvió la mirada hacía el rubio y éste estaba a apenas escasos centímetros de llegar a dónde él. "Estás guapísimo" susurró el pelinegro. Pero ¿qué podía decirle en el día de su boda? Claro que iba a estar guapísimo, iba a estar de escándalo. Nikolás sonrió mientras se le cristalizaban notoriamente los ojos.

Finalmente, la pareja ya se encontraba dada de la mano con sus frentes unidas. El oficiante profesional observó aquella escena y aguardó unos minutos al ver a la pareja en esa situación tan íntima.

- Te quiero cómo a nadie - susurró el pelinegro

- Y yo mi vida

Nikolás le limpió las lágrimas, pero el beso que esperaba Eduardo, nunca llegó. No se casaban por la iglesia, pero Eduardo sabía que su pareja era muy tradicional. Desde hacía 24 horas que no se veían y sabía perfectamente que tampoco le daría un beso hasta estar oficialmente casados. "Estúpido" pensó Eduardo en cuánto se lo dijo Nikolás, pero tenía que respetarlo.

La ceremonia fué bastante íntima y familiar. Sólo se encontraban la familia de los novios y toda la gente cercana de Clock Street. Era raro ver a todos esos moteros y corredores en trajes, en vez de en sus pantalones ó chaquetas de cuero. En la primera fila del banco de Eduardo se encontraban sus padres acompañados de Emilio y en el banco de Niko se encontraban sus padres, los de Joaquín y obviamente el ojimiel. Éste último ya llevaba un rato emocionado y sin poder contener las lágrimas. Nikolás le sonrió en cuánto lo miró e inevitablemente pensó en todo lo que había ocurrido en su relación desde que empezó.

Al principio todo fué un caos. Ambos se enamoraron perdidamente el uno del otro, pero nada comenzó bien. Nikolás sentía que su pareja le mentía en muchas cosas y que en otras le decía lo que él quería escuchar. Sentía que debía exigirle la verdad de todo, pero también sabía que todo lo que iba a escuchar no iba a gustarle ni un pelo.

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Clock Street // Adaptación Emiliaco // 1° y 2° Temporada Donde viven las historias. Descúbrelo ahora