Capítulo 7. Papi

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Mauro

Abro la puerta y me encuentro con la mirada de todos, respiro hondo y busco a Willow

—¿Dónde está Willow?

—En la habitación

Asiento y observo a Sabrina, sigue sentada en el piso

—Necesito que vean a Sabrina

Me aparto de la puerta y Agustín, Matías y Emanuel entran a la habitación, Simona se queda con los niños. Camino a la habitación y me encuentro con Marlene tratando de hablar con ella

—Marlene... — me mira y la confusión es obvia en su rostro

—¿Qué sucede?

—¿Podrías dejarnos solos, por favor? Te agradecería si vas a ver a Sabrina

Asiente y después de dejar un beso en la frente de Willow se va cerrando la puerta tras suyo

Avanzo y me siento en la cama, Willow está acostada mirándome

—¿Ya dejaste de llorar? —Pregunto con una pequeña sonrisa, limpia su pequeño rostro y asiente—. Que suerte, estaba muriéndome de la preocupación

—¿Por qué mintió?— pregunta en un hilo de voz, respiro hondo

—Muchas veces, las personas mienten para protegernos

—Pero mentir no está bien

—No, pero en ocasiones es necesario. Antes de que yo supiera que vendrías al mundo tuve un accidente, ese accidente me dejó en un estado grave y entre en un coma.

—¿Qué es eso?

—Es cuando pierdes el conocimiento por mucho tiempo, puede darse por un golpe fuerte en la cabeza en un accidente, enfermedades o alcohol.

—Okey

—Desperté cuando me conociste

Baja la vista

—Tu mamá dijo que yo estaba de viaje porque no sabía si despertaría en algún momento, no quería que tuvieras falsas esperanzas.

—Pero igual esperaba siempre que mi papá volviera

—Era mejor eso a que pienses en si moriría o no.

Un suspiro escapa de ella y se sienta, su barbilla tiembla y derrama lágrimas, me observa y un nudo se forma en mi garganta

—¿Puedo llamarte papi?

Sonrío y asiento, si hablo voy a llorar. Willow solloza y me abraza, cierro los ojos abrazándola también

—Te extrañé mucho — dice llorando, acaricio su cabello

—Pequeña...

Llora mucho y solo la abrazo

—¿No te vas a ir más? ¿Te quedarás conmigo?

—Me quedo contigo

Me abraza con fuerza

—Willow...

—¿Sí?

—¿Qué te parece si hablas con mami?

—Está bien

La cargo en mis brazos, cuando salimos todos nos miran mientras se ponen de pie

—¿Está bien?— pregunta Simona y asiento

Abro la puerta de la otra habitación y Agustín levanta la mirada, Sabrina deja de llorar para observarnos. Rápidamente, se pone de pie y limpia sus lágrimas

Querido amor de mi vida [libro #2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora