22 de septiembre del 2029
«Las conozco, ambas tienen mucho miedo y también están experimentando impotencia. Yo pasé por todo eso cuando me enteré del abuso que Emanuel recibía. No podía hacer nada y Emanuel no me lo permitía.
—Necesito ir al baño— murmura Marlene y sin esperar nada se va. Respiro hondo y me centro en Sabrina.
—Él no dijo nada nunca por miedo Sabi —le explico, no creo que la forma en la que lo trató cuando se enteró de todo haya sido la correcta—, si para él fue imposible decirle que no a ella, imagina pedir ayuda.
—Es que no lo puedo entender Mauro, creo que si tan solo… — me acerco otro poco, me desespera no poder hacer algo para que ella deje de sentirse así. Es recién una adolescente, no sabe mucho de la vida, ¿qué podría hacer? Es más, hizo todo lo que pudo para ayudar.
—Él lo intentó en muchas ocasiones, pero no es fácil.
Respira hondo y abraza sus piernas. Pareciera que está por llorar.
—Quiero verlo
—Tu papá dijo que mañana
—No, yo quiero verlo ahora
—Pero-
—Ya vuelvo
—Sabi…
No hace caso y se va. En vano será que la siga, así que me recuesto en la cama y cierro los ojos. Esto resulta muy agotador, pero al mismo tiempo lo agradezco. Fueron años los que tuvieron que pasar para que todo saliera a la luz. Mi hermano ya no sufrirá más.
Agarro mi celular y le envío un mensaje a mis padres avisándoles que estoy en la casa de Sabrina, luego voy al chat de Emanuel y le envío un mensaje.
Mauro: Eres un idiota.
Mauro: Un idiota fuerte.
Mauro: Ya no sufrirás Emanuel, ya acabó.
Escucho gritos que provienen de abajo y tengo la tentación de ir a sacar a Sabi de ahí, pero no serviría de mucho. Otra cosa que me genera impotencia es el ambiente en el que ella vive, de sano no tiene nada. Mi celular anuncia poca batería, así que busco su cargador, tenemos la misma marca de celular, por lo que me servirá. Busco en cajones y lo encuentro, pero no solo encuentro un cargador, sino también un álbum...
—Interesante— murmuro sacándolo, la sorpresa es demasiado grande cuando me doy cuenta de que es un álbum mío, son todas mis fotografías. Reconozco algunas, fue en el cumpleaños de Mar, me di cuenta de que estaba sacándome muchas fotos, pero jamás imaginé que hubiera hecho un álbum. Reviso uno por uno y no puedo evitar sentirme especial. Esto solo aviva las esperanzas en mí, esperanzas de en algún momento ser algo más que mejores amigos, pero al mismo tiempo, recuerdo cómo se comporta cuando está con Santiago y me confunde.
—¡¿Qué haces?!—escucho su grito, luego la puerta se cierra con fuerza y arrebata el álbum de mis manos. Mi sonrisa inevitablemente crece al notar lo roja que está. Joder, es hermosa.
—¿Estás enamorada de mí, Sabi?
—¡Claro que no! — me levanto y doy pasos hacia ella, Sabrina retrocede. ¿Está nerviosa? Puedo usar eso a mi favor.
—¿Entonces por qué tienes tantas fotos mías?
—E-es para un regalo —Sabrina no sabe mentir o yo la conozco demasiado bien—, es para un futuro, tengo de todos en realidad.
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Querido amor de mi vida [libro #2]
Romance«Guardamos nuestro amor en una fotografía » ***** Sabrina continuó con su vida cómo pudo, poco a poco cumpliendo sus metas, pero tres años después de aquel fatídico día Mauro despierta, pero ya nada es igual, muchísimas cosas cambiaron. Sabrina está...