Mauro
16 de julio del 2029
04:10 am
Mi pierna se mueve de arriba a abajo, por la ansiedad, ya está amaneciendo y no hay rastros de Sabrina, no responde a mis mensajes ni llamadas, no tengo idea de cuál sea el número de teléfono de Sebastián para contactar con él. Por lo poco que sé, las bodas suelen durar, pero no creo que duren tanto.
Cierro los ojos unos segundos por el cansancio e inevitablemente mi cabeza trae el recuerdo de yo besando a Sabrina de forma fugaz; no sé por qué lo hice... mentira, lo hice porque malditamente la deseo y de alguna forma extraña me encanta que sea tan mandona; no me pude resistir más y la besé y quiero volver a hacerlo una y otra vez.
Revuelvo mi cabello tratando de calmarme, me desespera no saber de ella
—¿Dónde estás Sabrina?
Escucho risas afuera y rápidamente me pongo de pie, abro la puerta y lo que veo es...
—¡Mauri!— se lanza a mis brazos y Sebastián retiene la risa
—Casi bebió todo el alcohol de la fiesta—me explica extendiendo su bolso y sus zapatos, lo agarro y trato de sostener a Sabrina, quien no hace más que acurrucarse contra mi cuello—. Costó bastante sacarla de ahí
—Muchas gracias
—No es nada, su celular se apagó, le escribiré más tarde para preguntar cómo está. Cuida de mi Sabi... Digo, Sabrina. Adiós
Asiento y él se va, como puedo cierro la puerta y camino hasta el sofá, inocentemente pienso que se sentará, pero no lo hace
—Sabrina...
—Te amo
Mi corazón se paraliza y mi cuerpo entero se tensa, no esperaba escuchar eso
—Yo... Realmente lo hago, me desespera no saber cómo demostrarlo—solloza—. En la boda lloré mucho porque me recordó lo que pudimos haber sido nosotros
—Sabrina...
Logro alejarla un poco y sus ojos están entrecerrados; respirando hondo limpiando las escasas lágrimas que resbalan por su mejilla
—¿Desde qué..? ¿Desde que despertaste no te preguntaste por qué nos pasó esto? ¿No lo hiciste en ningún momento?
Abre sus ojos y asiento
—Lo hice
—Te amo—repite robándome el aliento, no creí que esas dos palabras tendrían tanto poder sobre mí—. El novio me dijo que si los dos nos amamos no debemos perder el tiempo, yo te amo y tú... —toma una bocanada de aire y continúa—, ¿Me amas? Si no lo haces, ¿Podrías fingir hacerlo? ¿Puedes fingir que me amas?
Esbozo, una pequeña sonrisa colocando un mechón de su cabello tras su oreja, contiene la respiración observándome a través de sus pestañas
—¿Para qué fingir cuando puedo hacerlo de verdad?
Su barbilla tiembla acuno su rostro en mis manos, quiero besarla y me acerco para ello, pero jadea y me empuja
—Quiero vomitar
Corre al baño y la sigo, se arrodilla frente al inodoro y tiene varias arcadas pero no logra vomitar
—¿Quieres que te meta los dedos?— sugiero, ella se deja caer en el piso y una fuerte carcajada brota de su garganta—. Shh, Willow está durmiendo
—¿No te parece una propuesta muy indecente para la situación?— pregunta con picardía, al darme cuenta de lo que sugiere le pongo mala cara
—No me refiero a metértelos ahí, sino en la garganta
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Querido amor de mi vida [libro #2]
Romance«Guardamos nuestro amor en una fotografía » ***** Sabrina continuó con su vida cómo pudo, poco a poco cumpliendo sus metas, pero tres años después de aquel fatídico día Mauro despierta, pero ya nada es igual, muchísimas cosas cambiaron. Sabrina está...