Capítulo 27. No es real

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Este capítulo puede contener escenas sensibles y delicadas, se recomienda discreción a la hora de leerlo ⚠️

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Sabrina.

15 de noviembre del 2029.

—¡Eso es! ¡Otro más!—grito fotografiando a la modelo, ella es profesional y se mantiene en su papel. Sus movimientos son limpios y fluidos, sabe lo que está haciendo.

—Amo cuando vienen modelos así—murmura Simona a mi lado y no puedo estar más de acuerdo.

—Son geniales siempre.

Fotografío la última pose y me detengo. El dolor en mi espalda baja es palpitante.

—¿Está bien?—pregunta con preocupación.

—Sí. ¡Vamos al cambio de vestuario!

—¿Cuándo es tu próxima consulta?

—La semana que viene.

—No es muy normal que te duela la espalda Sabrina.

—Estoy bien, es normal.

—No lo creo.

Avanzo al sillón que está en una esquina y verifico las fotos, quedo encantada con el resultado, aunque no son las finales, falta retocar algunas cosas.

—Volví a encontrarme íntimamente con Asher —La miro con una ceja enarcada y ella asiente.

—O sea que, volvieron a tener sexo.

—En otras palabras, sí.

—Fueron a un hotel, supongo.

—Bueno... No precisamente.

—Simona...

—Acostamos a Lucas y luego fuimos a la sala a ver la televisión y una cosa llevó a la otra y lo volvíamos a hacer.

—Tengan cuidado, no querrás traumar al pequeño ángel que tienes de hijo.

—No busco eso, pero la tentación es más grande.

—¿Cómo van las cosas entre ustedes?

Esboza una sonrisa ladeada y se acomoda sobre el sillón a mi lado. Es evidente el sentimiento que ha estado surgiendo entre ambos, solo que el orgullo va ganando.

—Hay ocasiones en las que sí, vamos bien, como el otro día, pero también donde estamos tensos, Asher sigue renuente a algunas cosas y es normal, supongo, de igual manera ya sabe que no le oculté nada, ninguno sabíamos que mi bebé era su hijo.

—¿Piensas hacer algo?

—No, temo desgastarme. No busco eso.

Asiento.

—Pero bueno, ¿cómo van los preparativos para la boda?

—No hay nada, con Mauro decidimos casarnos recién cuando nazca el bebé.

—Falta un montón.

—Lo valdrá.

—No lo pongo en duda, ¿y Mauro? ¿Su cabeza, sigue perdido?

—¡Simona!—Suelta una risa, sigue siendo de alguna manera la chica con humor oscuro de antes. No fue muy grande su cambio.

—No estoy muy equivocada.

—Va bien, muy bien para ser sincera. Recuperó ese brillo que tanto le caracterizaba y amo eso. Mi Mauri volvió.

—El doctor dijo que ya no iba a recordar.

Querido amor de mi vida [libro #2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora