Me lanzo a sus brazos de nuevo envolviendo mis piernas alrededor de su cintura, sus labios rosados me reclaman con pasión, tomo su boca contra la mía mordiendo lentamente su labio inferior, con mis dientes recorro su mentón dejando leves marcas sobre su piel, Llane camina hasta la cama y me deja sobre ella, se abre paso entre mis piernas y con su mano derecha baja lentamente los tirantes de mi sostén sus caricias sobre mi piel son la prueba del deseo que ambos nos tenemos.
Un jadeo ahogado escapa de mis labios cuando desabrocha mi sostén y lo termina por quitar, sus ojos recorren mi pecho, verlo lleno de deseo sólo logra que mi cuerpo se incendie más.
- Eres simplemente perfecta.-Me dice mirándome a los ojos, sonrió y atraigo su rostro para besarlo, Llane sigue las caricias por todo mi cuerpo, bajo las manos por toda su espalda recorriendo cada milímetro de su piel, con su mano derecha Llane coloca los dedos en mi ropa interior y la jala poco a poco hasta que yo quedo completamente desnuda, me separo de sus labios y con una sonrisa llena de malicia, inclino mis manos hasta localizar la única prenda que me separa de su cuerpo eliminándola, miro con devoción a Llane, es un dios griego en todo su esplendor, paso mi legua sobre mis labios y sonrió descaradamente, Llane baja de nuevo a mi lado y cubre mi cuerpo con el suyo, es simplemente perfecto sentir su calor, los latidos de su corazón, sin duda alguna las conexiones que existen entre nosotros son únicas y poca gente se ha dado cuenta de eso, empujó a Llane para que se dé la vuelta de manera que quedo encima de él, me siento poderosa y libre, Llane me mira sonriendo sabe que el poder ahora lo tengo yo.
- Estoy a su disposición señora Castaño. -Me dice sonriendo.
- Esta seguro.-Le digo dibujando con mis dedos sobre su piel desnuda.
- Completamente seguro, soy todo tuyo.-Me dice.-Has conmigo lo que quieras.
- Eso se solucionará en unos minutos.-Le digo.
Mis ojos se posan en su cuello es el primer lugar que deseo atacar en estos momentos, me inclino poco a poco hasta que llegó a mi sitio preferido, paso mis labios por su cuello sintiendo su calidez, Llane pasa sus manos por mi espalda pero lo detengo tomando sus manos.
- Señor Castaño le pediré que está vez no me toque hasta que se lo indiqué.-Le digo sonriendo, es todo un reto para él no hacerlo pero quiero ver su fuerza de voluntad.
- No, por favor.-Dice.-Tengo que hacerlo.
- Entonces no podré seguir adelante.-Le digo.
- ¿Te distraigo?- Me pregunta descaradamente. - Más de lo que te imaginas.-Sonrió con malicia.
- Vas a tener que atar mis manos entonces.-me dice.
- Eso se soluciona fácil. -Le digo mirándolo, examinó la habitación en busca de alguna tela u objeto que pueda ayudarme a sostener sus manos lejos de mi cuerpo, encima de mi maleta una mascada color rojo sobresale, me levanto de su cintura y camino hasta mi maleta sacándola, Llane me mira y sonríe.
- Enserio... ¿Vas a ser capaz de amarrarme las manos?.- Me dice.
- Si. -Lo miro sonriendo.-Solo será un rato, quiero que disfrutes de las atenciones que le esperan a tu escultural cuerpo.-Le digo seductoramente.
- Esta bien.-Dice y estira sus manos hacia mi.-Solo por esta vez dejaré que hagas conmigo lo que quieras.
- Esa voz me agrada, entonces tendré que aprovechar esta oportunidad ya que quizá jamás se me vuelve a presentar.-Le digo riéndome, camino hasta llegar a su lado y vuelvo a sentarme encima de su cintura sus ojos están llenos de curiosidad es por eso que él me ha dejado avanzar, Llane coloca sus manos enfrente de mí y sonríe. Con un nudo suelto amarro sus manos y las colocó encima de su cabeza.
ESTÁS LEYENDO
Una Última Vez
Romance3... Ningún chico me hará cambiar de opinión. 2... Todos los hombres son unos patanes. 1... Pero él, es jodidamente guapo. Si me mira de esa manera no tendré escapatoria y me rendiré ante él. Ellos no tienen nada en común, ella... Una joven que con...