Una Última Vez

Capítulo 8.2

- Si.-Le respondo apenas en un susurro.- Quiero que lo hagas.

Volteó a ver a las personas que siguen buceando lejos de nosotros, ni siquiera se han percatado que estamos aquí, la señora sigue dormida en la lancha puedo escuchar sus ronquidos, Llane toma mi pierna derecha y la enrosca sobre su cintura, el calor que corre por mi cuerpo es inmenso necesito que él sea mi cura para aliviar lo que siento.

Pasa su mano por mi pierna hasta llegar a mi bikini jadeo al sentir su mano cerca de mí.-Shhh.-Dice con voz seductora.-Si quieres que lo hagamos tendrás que ser más precavida

No le respondo estoy tan concentrada esperando que acabe con el fuego que siento, retira con sus dedos mi bikini y se hace espacio para que sus dedos entren en él, masajea un poco mi pelvis dejando que sus dedos se rocen con mi abertura un par de veces, gimo un poco fuerte y el me mira.

- Vamos a calmar un poco el fuego que sientes mi pequeña provocativa.- Me dice mientras coloca dos dedos en mi vagina y comienza a meterlos y sacarlos lentamente ¡Esta torturándome! Me retuerzo entre sus brazos mientras pequeños gemidos escapan de mis labios mi respiración comienza a acelerarse lo miro directamente a los ojos, Me está mirando observando cómo me retuerzo sobre sus brazos. Toma mis labios sobre los suyos y me da un beso apasionado al retirarse se lleva mi labio inferior en los suyos dándole un mordisco.- Mi pequeña esta lista.- Me dice retirando sus dedos dejándome vacía, mi respiración es rápida, mi pecho sube y baja bruscamente. Me acerco un poco y muerdo su hombro mientras él enrosca mi pierna izquierda alrededor de su cintura.- Ahora su cariño, tu momento llegó. Alimentemos nuestros deseos.-Me dice mirándome a los ojos, puedo sentir mi mirada llena de deseo y satisfacción ¡Lo deseo más que a nada en el mundo! Antes de que pueda decir algo de un solo movimiento entra en mí llenando el vacío que tenía hace un momento.

- ¡Joder!.- Exclamó mordiendo su hombro para calmar mis gritos, el agua comienza a moverse lentamente mientras él está torturándome con sus movimientos tan controlados quiero gritarle y decirle que lo haga más rápido pero no puedo estoy llena de placer en estos momentos mi cerebro está bloqueado, cierro mis ojos con fuerza dejándome llevar por el momento.

- Abre los ojos Alana.-Me dice Llane.-Debes vigilar que no haya nadie detrás de nosotros.- Pero mi cerebro no responde a lo que él me dice al contrario los cierra con más fuerza cuando sus movimientos son más rápidos.-Alana, ábrelos!.-Me dice cercas de mi oído. De repente se para y deja de moverse dejándome frustrada. Abro los ojos de golpe y el me mira enojado, sale de mi interior dejándome vacía.

- ¿Por qué hiciste eso?.-Le espetó enojada.

- No me obedeces Alana y no puedo arriesgarnos a que alguien nos vea, tendrás que esperar hasta que estemos solos.- Lo fulminó con la mirada, tengo un mar de emociones en mi interior, me negó terminar sólo porque cree que alguien puede vernos ¡Maldita sea! Estoy realmente furiosa y no me interesa lo infantil que pueda sonar.

Nado un poco hasta llegar a la tabla para subir a la lancha, colocó mis manos sobre ella y me impulso para subirme, al llegar arriba camino directamente hasta mi asiento y me pongo la toalla sobre mi espalda comenzando a maldecir.- Nada salió de acuerdo a nuestro plan.-Habla mi subconsciente, en estos momentos está tan triste como yo. No logro contenerme y las lágrimas comienzan a brotar de mis ojos dejándome ciega un momento, trato de no llorar fuerte para que él no me escuche pero es casi imposible que no reconozca que lo hago, me conoce mejor que nadie en el mundo, con mi dedo índice limpio el rastro de mis lágrimas mientras escucho un suspiro detrás de mí.

- ¿Amor?.-Suspira Llane, colocó mi mano sobre mi rostro para no tener la tentación de voltear a verlo.-Lo lamento enserio no quería hacerlo, pero no me diste otra opción.- Me dice Llane con una voz que distingo muy bien, sé que de verdad lo siente, esta triste y preocupado por mi reacción.-Es suficiente.- Habla mi subconsciente.- Levántate ahora, es mejor que nos alejemos de él un momento.- Esta vez le hago caso, temo que mi cabeza expulse palabras que no quiero decirle y termine lastimándolo así que me levanto de mi asiento sin decir nada y camino hasta dónde está mi maleta, abro la puerta que me dirige al pequeño camarote y la localizo entre tantas cosas, tomo el cierre abriéndola para tomar mi sombrero, cuando lo tengo entre mis manos camino de nuevo regresando a mi lugar sin voltear a verlo, mi mirada se queda fija en el azul del mar, me siento frustrada, enojada, confundida, tengo miles de sentimientos acumulados, así que terminó llorando de nuevo en silencio.