Capítulo 4

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Me despierto adolorida, la cabeza me da vueltas, miro a todos lados en busca de Juan David pero estoy sola en la habitación, trato de recordar que sucedió anoche pero mi mente está vacía. Quizás un baño pueda ayudar, volteo hacia un lado y veo en el sillón un par de mayas, tenis, una blusa y un suéter con una nota escrita encima de la ropa, me estiró para tomar la nota y la leo...

Te veías tan plácidamente dormida que no quise despertarte, puedes utilizar el baño y todas las instalaciones de la casa, vuelvo pronto JD. .

Me levanto de la cama, llevo puesta una playera negra que me queda larga y holgada como si fuera un vestido, seguramente él se encargo de ponerme cómoda cuando por fin me quede dormida, me dirijo al baño y enciendo la ducha, camino de regreso a la habitación para tomar la ropa que me ha dejado ¡Demonios una toalla! busco en los cajones del closet mientras observo toda su ropa, la mayoría de ella es deportiva, algunas otras son informales y tiene algunos trajes paso la mano por encima de ellas, el olor me transporta a un lugar seguro. Cierro las puertas al no localizar la toalla, entro al baño de nuevo y me acerco al taburete, abro el primer cajon y ahí está una pila de toallas blancas, tomo una y cierro la cajonera, me acerco a la puerta del baño y la cierro aunque no hay nadie en la casa prefiero prevenirme, me quito la playera que llevo encima observándome en el espejo, mi aspecto luce terriblemente mal, mi maquillaje esta corrido y los moretes en mis brazos están morados, las marcas en la cara aún están rojas suspiro no hay nada que pueda remediarse, el vapor comienza a inundar la habitación cierro la llave de agua, entro a la bañera y me hundo, paso unos momentos ahí relajándome cuando escucho el ruido de la puerta principal abrirse, ¿Habrá llegado?, me quedo callada un momento sin hacer ningún ruido. La puerta de la habitación se abre.

- ¿Hola?.-Es la voz de una mujer ¡Diablos!.- ¿Llane estas aquí?.

Ha dicho ¿Llane? Oh por dios, que está pasando aquí, me quedo inmóvil sin hacer ningún ruido mientras contengo el aire, justo cuando creo que abrirán la puerta del baño, la puerta principal vuelve abrirse. La mujer suelta el pómulo de la puerta sus tacones resuenan en la habitación a cada paso que da, cierra la puerta y ya no escucho nada más. ¿Escuche bien? dijo Llane, me enjuago lo más rápido que puedo, salgo de la bañera y me enrollo la toalla al cuerpo tomando una más para el cabello, tomo la ropa que he dejado en la repisa y salgo del baño, estoy colocandome el brassier rápidamente cuando la puerta se abre mientras yo emito un grito.

- Tranquila, soy yo.- Es Juan David, esta vestido con pants deportivo rojo, suéter blanco, una gorra blanca con negro, sus espectaculares lentes negros y tenis rojos. Esta sudado y su respiración es agitada, seguramente fue a correr por los alrededores.

- Me asustaste, acaba de entrar alguien a la casa. Creí que eras tú, pero por lo que veo tienes visita así que lo mejor será que me vaya.- Digo rápidamente buscando el par de mayas, me siento en la cama y me las colocó.

- No, espera. Era mi hermana vino a verme, se preguntaba por qué no había ido a casa el día de ayer. Creyó que ya me había ido de aquí.- Dice a modo de disculpa.

- No, enserio lo mejor será que me vaya.- digo rápidamente mientras me pongo la blusa, ¿Cómo demonios le pregunto por qué ella ha dicho Llane?

- ¿Cómo sigues de los moretones?, ¿Ya no te duelen?.- Sus preguntas me sacan de mis pensamientos trayendome de nuevo a la realidad. - Sí, me siento mejor. Quizá en unos días esto quedara atrás.-Le digo tranquilizándolo. Me devuelve la sonrisa, pero por alguna extraña razón siento que no está bien, respira de manera agitada y está sumido en sus pensamientos.- ¿Te encuentras bien?.-Le pregunto sacándolo de sus pensamientos, esto comienza a preocuparme.

Una Última VezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora