Capítulo 9.3

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- Me vestí lo más rápido que pude y baje las escaleras, camine hasta la recepción y pregunté si alguien te había visto, aún conservaba la esperanza de encontrarte y si te habías ido pensaba ir detrás de ti.-Me dice sonriendo triste.-La recepcionista me dijo que no habías pasado por ahí que quizá estabas dando una vuelta por el hotel, incluso se ofrecieron ayudarme a buscarte, me preguntaron si cargabas tu celular y yo les dije que no, tu celular estaba en la habitación pude verlo cuando buscaba la llave de la cabaña, me asignó a un par de personas las cuales se encargaron de ayudarme a buscarte por algunas áreas del hotel, le di las gracias y seguí mi búsqueda por la playa, una parte de mi aseguraba que estarías en algún lugar que te recordará a mí, cuando no te encontré en la playa de nuevo entre al hotel y empecé mi búsqueda por cada rincón, más nunca imaginé que estuvieras en el área de las hamacas, quizá fue el primer lugar al que debí buscarte fue lo que más te gustó.-Me mira y suspira.- Un mesero me encontró de nuevo en la playa desesperado, estaba mirando el atardecer pensando en que quizá estábamos contemplando el mismo, le rogaba al cielo que estuvieras bien y que volvieras de nuevo a mí, el mesero se acercó lo suficiente hasta que logre escucharlo y me dijo "Señor Castaño su esposa está bastante quemada de la cara, ha pasado un buen rato ahí acostada y además está algo bebida, le aconsejó que se la lleve a su cabaña para que descanse"

Caminamos hasta el área de hamacas y ahí te encontré, te veías tan frágil, tan vulnerable, adorable y bella que por mi mente paso el breve momento en el que nos conocimos y pensé ¡Está mujer me volverá loco cualquier día!.- Se ríe un poco, por fin está soltándose ahora me siento más tranquila al conocer su punto de vista acerca de lo que paso.-Estaba enojado por cómo te comportaste pero jamás te hubiese hecho daño, me acerque lo suficiente para acariciar tu rostro que estaba bastante rojo te di un beso sobre la frente y sin pensarlo un segundo más te carge, lo único que necesitaba en esos momentos era llevarte a la cabaña conmigo, sana y salva. El mesero que te encontró se ofreció a darte algo de comida pero le dije que estarías bien, mientras estaba caminando hacia la cabaña pensaba como arreglar las cosas, pero la furia invadía parte de mi cuerpo al saber que corriste durante nuestra primera pelea tonta, me pusiste a pensar mucho acerca de si seriamos capaces de solucionar los problemas que realmente fuesen importantes, llegue a la conclusión de que quizá no existía el suficiente amor entre los dos para hacerlo y eso me hizo enfurecer.-Dice, voltea a verme y la sonrisa que tiene sobre los labios no alcanza a llegarle a los ojos, quisiera acercar mi mano, colocarla sobre su mejilla y decirle que los problemas que tengamos, seremos capaces de resolverlos porque el amor que nos tenemos es más grande que eso pero hay algo en lo que él tiene razón, si no existe el suficiente amor entre los dos, ¿Cómo seremos capaces de resolver hasta la diferencia más mínima?, Llane posa sus ojos sobre los míos y sigue su relato.-Al llegar a la habitación yo estaba exaltado, necesitaba un momento para pensar y darte la oportunidad para que descansaras, así que baje a la playa, ver el atardecer es una de las cosas más relajantes que he hecho en mi vida, me ayuda cuando tengo la mente llena de cosas negativas, mientras caminaba por la orilla del mar, observando a mi alrededor, tuve una maravillosa idea para arreglar nuestra situación, camine de regreso hacia el hotel cuando escuché un ruido proveniente de esa cabaña.

Al principio me pareció extraño pero quise averiguar de qué se trataba, abrí la puerta y ahí me encontré con esas chicas estaban haciendo una fiesta con algunos amigos los cuales lamentablemente tenían unos minutos que habían ido a buscar más bebidas justo cuando llegaste tú.-Dice mirándome.- En general todos se comportaron amables y yo necesitaba distraerme un poco antes de subir a la habitación, así que me quede ahí, ni siquiera me di cuenta que el tiempo había pasado tan rápido hasta que llegaste y sé que quizá la imagen que viste de mí no fue la más apropiada, nunca me habías visto alcoholizado ni fumando, no soy así Alana y no puedes juzgarme por una vez que lo hice ¿O sí?.- Me le quedo mirando escuchando cada cosa que me dice, tiene toda la razón del mundo él no estaba haciendo nada malo, me acerco hasta él y lo abrazo, aferrándome a sus hombros y lloro sobre ellos.-Mi pequeña a veces no entiendo los motivos de tus cambios de humor, a veces son tan drásticos y quiero ayudarte pero la verdad es que se me están agotando las ideas de cómo hacerte entender que yo no me iré a ningún lugar, he luchado por ti y lo seguiré haciendo si es necesario, Alana te amo con todo mi corazón y sé que no existirá ninguna mujer que ocupe tu lugar.

Una Última VezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora