Estoy acostada en el centro de la habitación sobre una cama, tengo mis manos atadas a una superficie dura, me duelen las canillas de tanto esfuerzo que he hecho por zafarme pero ha sido imposible, un par de gotas caen sobre mi rostro, volteó hacia arriba y veo que son mis manos las que están sangrando, grito de dolor y me sacudo en la cama. La puerta de la habitación se abre dejando entrar a alguien de repente creo verla es ella, su mirada está llena de miedo y angustia me quedo observándola hasta que una segunda persona entra en la habitación y de repente comprendo todo, él nos ha hecho daño... Abro los ojos de golpe y un estremecedor grito sale de mi interior, Llane me observa asustado pero me sostiene de los hombros tratando de que no caiga de la cama quizá.
- Alana ¿Estas bien?.- Me pregunta asustado, mi respiración sigue siendo violenta mi pecho sube y baja con rapidez y las lágrimas comienzan a escaparse de mis ojos, me siento desorientada y llena de dolor pero todo se tranquiliza cuando Llane coloca una mano sobre mi rostro y comienza a tratar de calmarme.
- ¡Estas aquí!.-Me levanto zafándome de su agarre y lo abrazo muy fuerte, no sé qué hora es pero no debe ser muy tarde porque el cuarto esta oscuro, cuando mis ojos se adaptan a la poca iluminación de la habitación, observo que Llane está vestido.
- Acabo de llegar.-Me dice.-Fui a caminar un momento porque hacía bastante calor y necesitaba un poco el aire, así que baje a caminar pero decidí regresar antes del amanecer para que no pasará lo que sucedió ayer pero veo que no ha funcionado, cuando entre en la habitación estabas gritando de una manera tan horrible que me asusté y corrí a tu lado para ver que te sucedía, te sostuve con fuerza por que temía que te cayeras de la cama.
- ¡No te vayas Llane!.-Le digo llorando sobre su hombro.
- Amor, tienes que contarme que te sucede, me da miedo todo esto.-Me dice realmente preocupado, respiro hondo mi subconsciente y yo estamos de acuerdo es momento de que Llane conozca que me sucedió mientras estuve en Seattle justo a mis 16 años.
- Si, necesito decírtelo.- Le digo angustiada.- No sé cómo hacerlo, pero trataré de contarte todo también necesito que me escuches únicamente y cuando termine de contarte me hagas toda clase de preguntas ¿Está bien?.-Agacho la mirada, he de confesar que el miedo recorre cada parte de mi cuerpo.- Pero antes de todo, debes prometerme una cosa.- Le digo.
- Lo que sea amor.-Me dice, mirándome.-Y si mis preguntas serán al final.
- Debes prometerme que nada cambiará ahora que sabrás esto.-Le digo tomando sus manos, mis ojos seguramente reflejan el miedo que tengo en estos momentos pero no es para menos Llane se ha convertido en mi todo, no quiero perderlo.
- Te lo prometo.-Me dice seguro de si mismo, un suspiro se escapa de mis labios, miro hacia el techo rogándole a Dios para que me de las fuerzas necesarias para hacerlo, cuando volteo a ver de nuevo a Llane un par de lágrimas corren de mis ojos.
- Esta bien.-Le digo.- ¿Recuerdas aquella vez que estábamos en el restaurante en el Mall Zaratoga?. La chica que nos atendió se llamaba Katy, bueno ese día me preguntaste que me ocurría y te dije que estaba bien, la verdad es que no fue así.- Le digo.- Llane lo que te contaré es una situación bastante delicada que no le he contado a muchas personas sólo May y Brady la conocen pero tú serás mi esposo ahora asi que mereces saberla.-Llane me mira preocupado pero asiente con la cabeza.
- Estoy listo.-Me dice, paso saliva para quitar el nudo que tengo.
- Todo comenzó cuando tenía 16 años, fui a Seattle de intercambio había ganado en la preparatoria o bachillerato una beca para estudiar por 1 año.- Digo sonriendo, recuerdo que ese día estaba gritando y llorando de emoción había competido con muchas personas por ese puesto y haberlo ganado le daba una enorme alegría a mi corazón.- Al llegar a casa hable con mis padres y ellos estuvieron de acuerdo en que lo hiciera decían que podría ser una buena oportunidad para mí, así que emprendí mi camino hacia Seattle una ciudad que deseaba conocer y de la cual habia investigado bastante.-Le digo emocionada.
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Una Última Vez
Romansa3... Ningún chico me hará cambiar de opinión. 2... Todos los hombres son unos patanes. 1... Pero él, es jodidamente guapo. Si me mira de esa manera no tendré escapatoria y me rendiré ante él. Ellos no tienen nada en común, ella... Una joven que con...