CAPITULO 15

1K 33 0
                                    


¿Qué era un beso? Según el diccionario, era un contacto o presión que se hacía con los labios sobre una persona o una cosa, contrayéndolos y separándolos, en señal de amor, afecto, deseo, saludo, respeto, etc., pero ¿en este caso un beso qué significa? Santino jamás había sido besado por ninguna mujer, de hecho, era uno de sus principios fundamentales, y desde que Abril llegó a su vida parecía manejar las cosas ella misma. Perdió el control de todo.

Cuando sintió sus labios sobre los suyos, no pudo pensar en qué hacer porque enseguida ella entreabrió su boca y, acto seguido, le dio paso a su lengua, intentando buscar la de él. Santino no supo qué hacer en ese momento. Estaba en shock. Ese era su primer beso y no sabía cómo actuar. Él no quería besos ni nada referente a sentimientos que pudieran confundirse con amor, porque él no podía sentir ese tipo de emociones, y el que ella lo hubiese besado lo descolocaba.

Para Abril sus labios se volvían tan adictivos que, a sabiendas de que podría enfadarse y hasta anular el contrato, por un momento no le importó. Solo necesitaba saber a qué sabía su boca. Creyó que solo sería un beso y nada más, pero su reacción la descolocó por completo.

—¡¿Qué haces?! —La bajó y la empujó de su cuerpo—. Pero ¡¿qué te pasa?! —Se tocó los labios.

Ella no comprendía su actitud.

—Solo te besé —contestó confundida y muy sorprendida por su comportamiento.

—¡No podías hacerlo! —le gritó enfurecido por completo, acorralándola contra el escritorio. Ella sintió pánico por su actitud—. ¡¿Por qué me besaste?!

Lo miró paralizada.

—Quiero irme —susurró casi sin aliento.

Él se alejó y le dio la espalda.

—Retírate de mí oficina —espetó tajante.

Abril no podía creer que un beso pudiera volverlo loco y hacerlo comportarse como un verdadero idiota, pero no quería saber nada más. Una cosa era que ella le permitiera tratarla como una sumisa en el plano sexual, porque de verdad lo disfrutaba, y otra muy distinta era que la maltratara gratuitamente solo por darle un beso.

Enojada, comenzó a levantar su ropa y a cambiarse. Si había algo que ella no podía soportar de nadie, absolutamente nadie, era ese tipo de trato. Le valía un carajo él y ese estúpido acuerdo. Cuando terminó de vestirse, y dejando bien en claro lo molesta que estaba, agarró su bolso con violencia. Justo antes de salir él la llamó.

—Abril —habló antes de que ella saliera por la puerta—, vení para acá ya mismo. —Ella no quería ni oírlo—. Te ordeno que vengas de inmediato. —Ella no se iba a dejar.

Antes de irse, le dejó bien en claro que, cuando ella quisiera, le permitiría domarla, y cuando no, no.

—¡Andáte a la mierda! —. Cerró la puerta con tanta fuerza que la misma vibró; el eco se escuchó como un estruendo en todo el edificio.

—¡Abril! —Salió de su despacho, todavía desnudo y volvió a llamarla.

—¡Matate, imbécil!

Llegó al ascensor y tocó el botón de llamada sin éxito, porque el mismo estaba sin funcionamiento.

Cuando quiso darse cuenta, tenía a Santino justo detrás de ella. Él la agarró del brazo.

—¡Soltáme! —Tironeó su brazo para que la soltara, pero él solo se acercó más a su cuerpo—. ¡Soltáme! si no querés que te pegue una patada en las pelotas —siseó enfadada.

—Perra salvaje. No sé por qué, pero así y todo haces que se me ponga dura y quiera cogerte de nuevo para castigarte por maleducada.

La dejó boquiabierta y sin respuesta.

© Poséeme:Éxtasis 1 | DISPONIBLE EN FORMATO FÍSICO POR AMAZON|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora