Déjame Amarte [I & II]

CAPITULO EXTRA II

CAPITULO EXTRA II
CAMBIAR PAÑALES Y MÚSICA
★》SERENA 《★

—¡¡TE ODIO DARIEN SHIELDS!!

Ya no podía con tanto dolor, es sentir que me parten a la mitad.

—Nena yo…

—¡¡NO HABLES!!

Él se quedó en silencio. Lo sé, no era su culpa pero los dolores de parto cada segundo aumentaban hasta el grado de sentir las llamas del infierno arder en mi Cuerpo.
Era lindo ser madre pero no era tan lindo tener que dar a Luz.

Cuando las contracciones se fueron disminuyendo respiré mirando el techo. Aún tenía la mano de Darien sostenida a la mía.

—Lo siento —le miré—. Pero me duele demasiado.

—Esta bien Nena, todo estará bien

Negué con las lágrimas picando mis ojos.

—Ya no puedo más, me duele con cada contracción —sollocé—. ¿Cuánto tiempo más voy a pasar así?

—Tienes seis de dilatación, el médico mencionó que necesitas un poco más de tiempo —me Acarició la mejilla apartando mis lágrimas—. No sé que hacer para ayudarte Nena, me duele demasiado verte sufrir de esa manera.

Cerré los ojos con fuerza. 

««Solo resiste unas horas más Serena. Tendrás a tus bebés entre tus manos»»

—¿Todo va mejorando?

La voz de mi madre me hizo abrir los ojos. Darien se encogió de hombros.

—Mejora con lentitud. Aún que las contracciones son muy…

Apreté con fuerza mis dientes además de apretar mis manos hacia las barras de la camilla ante una nueva contracción. Frecuentes, son muy frecuentes, al menos cada tres a cinco minutos.
Grité cerrando mis ojos, podía sentir la mano de Darien apartar mi cabello que se pegaba a mi rostro con el sudor. Solo… Necesito esperar… Esperar y se va la contracción.

—Ya no puedo —Sollocé—. Ya no puedo.

—Animo Serena —consoló mi madre—. Solo es algo doloroso pero cuando tengas a tus hijos en brazos olvidarás por completo los dolores.

La miré a pesar de aún sentir una leve contracción. Dentro de mí quería gritarle que sus palabras en estos momentos no ayudaban en nada pero no podía estropear el avance de nuestra relación madre e hija. Habíamos mejorado un poco, ambas nos entendimos cuando mi padre había cumplido un año de fallecido. Por alguna extraña razón comprendimos que deberíamos dejar el pasado atrás y empezar con una relación nueva. Mi madre empezó a visitarme constantemente y se alegraba con cada movimiento de sus nietos. Había olvidado lo que se sentía tener a una madre real a tu lado, esa persona que te apoya y te quiere.

Cada minuto las contracciones eran dolorosas, Darien no se apartaba de mi lado. Mi madre, mis hermanos y amigos me visitaban pero a decir verdad no estaba en mis mejores ánimos para recibirlos.

En un momento calmado me giré a ver a Darien.

—No dejes que quede embarazada de Nuevo, por favor.

Él sonrió de lado, limpió mi sudor.

—Lo veo un poco imposible Cariño.

—¿Cuántos hijos quieres Shields?

—Para serte sincero —frunció sus labios—. Al menos tres. Tendré a dos, así que nos faltaría uno.

Cerré los ojos.