Déjame Amarte [I & II]

Cap 1 TRATO

Capitulo 1
Trató.
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Serena
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Columbus, Ohio. EU.

Los comentarios de mi madre empezaban  hacer un martirio para mí, ni si quiera se a que vine, si era lo mismo de Siempre.
Suspiré tratando de llevar mi atención a otra cosa que no fueran las palabras de mi madre.

—… Incluso Usagi a deshonrado a la familia yéndose con ese pedazo de poco hombre, solo la embarazó y la apartó de nuestra familia…

Me incliné acariciando a Kevin, un perro labrador que teníamos en nuestra familia por más de diez años, estaba viejo, pasaba gran parte del día tumbado en el piso recibiendo el cariño de todos quienes visitaban a mis padres.
Lo tomé de las orejas Acariciando su suave melena de color chocolate, al menos con eso se había llevada mi atención en la conversación con mi madre.

—¿Serena, me estás escuchando?

Alcé la mirada Encontrándome a mi Madre con la taza de té en sus labios.

—Eh, Ahm ¿Qué decías?

—¿No has prestado atención?

Suspiré dejando de acariciar al perro.

—Mamá, no quiero ofenderte pero siempre que visitó este lugar tu única conversación es lo malo que han hecho mis hermanos, Me sé todo de memoria ¿No hay nada nuevo que contar?

Eso la enojó, lo sabía por la mirada fría que lanzaba a mi dirección.

—Lo único nuevo es el cumpleaños del demonio…

—Es tu nieto —Le interrumpí

—Y Desafortunadamente salió Idéntico a su padre —Dejo la taza en la mesa—. No heredó nada bueno de la familia Tsukino.

—Heredó el color de ojos —Murmure.

Endymion era la cosita más hermosa que había visto en mi vida, si, había heredado el color de cabello a su padre pero también heredó el color de ojos de la familia Tsukino, el único detalle es que mis padres no consideraban a Endymion como de la familia y Usagi se a alejado de nuestra familia por los Malos comentarios de mis padres.
De igual manera lo ha hecho Sammy, se alejó desde que mi padre lo había obligado a casarse con una mujer de alta sociedad, (le doblaba la edad a mi hermano) lo cual para Sammy fue una completa falta de respeto y por eso se alejo de la familia y no hemos tenido noticias de él desde hace cinco años.
Y la única en permanecer en este laberinto infernal de la familia Tsukino, era yo.

—No me importa ese… Niño, es la deshonra de la familia —Se aclaró la garganta—. ¿Y que me dices tú, Serena?

Fruncí el ceño.

—¿Yo?

—Si, tú, Vas a cumplir 26 y no te haz casado.

Alce ambas cejas.

—Bueno, casarme no está en mis planes así que…

—Serías la salvación en esta familia —Me interrumpió—. Al fin un integrante de la familia Podrá contraer Matrimonio como se merece.

No. Casarme sin duda no estaba en mis planes, mi vida amorosa nunca a Sido de maravilla y me gusta estar sola. No dependo de nadie y eso está bien.

Fruncí mis labios y negué.

—No lo he pensado, madre, y creo que no hay prisa en estos momentos —Finalicé con una sonrisa forzada.

Pero conociendo a mi madre, cuando una idea le entraba en la cabeza no había nada ni nadie quién se la quitara, así que sus ojos brillaron mientas aplaudió.