Déjame Amarte [I & II]

EPÍLOGO

EPÍLOGO
★》SERENA 《★

Seis años después.

—¡Kenji! —grité desesperada—. ¡Kenji Armando Shields Tsukino! Más vale que aparezcas en este momento.

Puse mis manos sobre mis caderas esperando a que apareciera, conté lentamente hasta llegar al número dos ya que en éste instante Apareció con sus manos en su espalda.

—¿Si, mami? —me sonrió con dulzura, la misma Sonrisa que había heredado de su padre.

—Tus tiernas palabras no endulzarán lo que acabas de hacer.

—Pero, Mamá…

Le señalé.

—¿Por qué no me lo dijiste? O al menos le hubieras dicho a tu tío Alan en enviarme un mensaje y saber en dónde estabas. Pasé más de dos horas en tu escuela temiendo a que algo malo te pasara y ahora estás aquí, ¿En dónde estabas jovencito?

—Le…le pedí a mi tío Alan que nos llevara al planetario. —se encogió de hombros—. Y lo disfruta…mos…

Sus palabras se quedaron suspendidas en el aire al ver mi rostro. Estaba enojada, y a la vez aterrada.
Pasé más de dos horas tratando de entender y saber dónde estaba mi hijo para al final saber que estaba aquí en casa. ¡Después de dos horas culpando a la escuela! Alan también me escuchará, llevarse a mi hijo sin avisarme. ¡Esto casi me mata de un infarto!.

—Lo siento mami, no quería asustarte —Kenji se acercó a mí rodeando mi cintura y abrazándome—. No quería asustarte pero Amo estar en el planetario.

Me incliné para estar a su nivel. El color azul de sus ojos chocó con el mío, acomodé su cabello oscuro y le sonreí.

—Mi amor, está bien pero para la próxima avisa a uno de tus profesores o a tu hermana. Me asusté Demasiado al no encontrarte —lo abracé—. No se que haría sin ti mi niño.

Le besé su coronilla.

—Te quiero mucho Mami

—También te amo. Ahora ve y cámbiate de ropa, no tardaremos en comer.

—Sipi Mami.

Salió corriendo rumbo a su habitación. Kenji era una mezcla entre Darien y yo. Mi hijo había heredado el color de mis ojos y las facciones en el rostro pero También heredó el cabello de su padre y el amor hacia la Astronomía.
Me Vi a misma sonreír. Suspiré y caminé hacia el estudio de música, a lo lejos escuché las notas del piano, una canción suave además acompañado de su dulce voz.
Me detuve al observar la escena.

Darna, nuestra pequeña hija había heredado la pasión hacia la música. Desde que estaba embarazada siempre cuando componía una canción, o cantaba, o tocaba algún instrumento musical Siempre había una respuesta por parte de los gemelos. Logré darme cuenta quien era cuando Llevé a Darna a un ensayo, mi hija tan solo tenía siete meses y le llamaba la atención todo.
Así que mi pequeña súper estrella amaba tocar el piano, algo que se le enseñó desde que tenía tres años, claro, su maestro es Su padre. Además tenía una voz muy angelical, cuando tarareaba alguna canción o cantaba su voz me llenaba de tanta felicidad.

Sonreí cuando Darien logró percatarse de mi presencia, Me saludó agitando su mano sin interrumpir la concentración de nuestra hija. La destreza en las manos de mi hija además de su voz me llenaba de orgullo, Darien y yo habíamos hecho un magnífico trabajo criando a nuestros hijos. Algo que sin duda fue una maravilla para mí, a pesar de los pequeños problemas que lograron presentarse en su momento pero actuamos de una manera correcta.