Sentando en el ornamentado trono de madera, Naruto observaba la corona que tenía entre sus manos; la cual había decidido nunca tomar ¿Pero cómo no hacerlo cuando la vida de su hija dependía de sus acciones? Habían cometido el error de esperar, dejando a Sarada expuesta al peligro. Ahora los días que habían pasado en la cabaña para recuperarse le pesaban en la consciencia. Podía haber cabalgado hasta el condado, buscarla, pero...
—Naruto...— llamó Sasuke, quién hasta hacía un momento estaba apoyado en una de las columnas del gran salón —no es nuestra culpa.
El ahora rey de Noruega resopló una sonrisa triste.
—¿Cómo puedes decir eso?
—Estabas herido, yo casi pierdo la vida. No sabíamos que ésto pasaría— contestó, pero el tono de voz se escuchaba también una atisbo de arrepentimiento —Debemos concentrarnos en actuar con rapidez y rescatarla.
—Sí...— bramó, y luego levantó la vista cuando escuchó pasos en los tablones.
Sakura venía con un ceño fruncido y semblante estresado.
—Ya todos están informados— anunció, no pudiendo evitar mirar la mancha roja que había dejado el cuerpo de Suigetsu al ser retirado —Justo como pensé, la gente apoyan tu mandato.
—¿Los guerreros...?— mencionó Naruto.
—Estarán listos para marchar al amanecer— respondió la berserker y miró a un lado, un poco indecisa.
—¿Ocurre otra cosa?— Naruto conocía a su compañera. Sakura siempre actuaba decidida y sin dudar, pero algo en su semblante le decía que no estaba del todo bien.
Ella apretó el puño y luego suspiró.
—Sé por qué se llevaron a Sarada— ambos la miraron con atención —Es difícil para mí decirlo, y me hace pensar que no soy una buena madre, anteponiendo mi lealtad a tí...
Naruto apretó los labios y dejando la corona a un lado, se puse de pie y colocó una mano sobre el hombro de su amiga, lo que pareció darle confianza para seguir hablando.
—Buscaré a Hinata, ella les explicará mejor— dijo al fin y durante los minutos que demoró, ninguno de los dos se movió del lugar.
La pelinegra entró con pasos tímidos, había comenzado a tener dificultad para caminar debido a su barriga hinchada, y llevaba a un niño pequeño de la mano, siendo el otro cargado por su otra madre. Cuando se detuvo frente a Naruto y vió su mirada severa, agachó la cabeza.
—Yo... lo siento en verdad...
—¡Habla ya!— gruñó Sasuke a un lado, haciéndola sobresaltar —Si sabes por qué se llevaron a mi hija, dilo...
—Por mi culpa— balbuceó llorosa —Soy una Hyuga... Hinata Hyuga, mi padre es el rey de Groenlandia.
—¡¿Qué?!— exclamó el rubio un poco incrédulo y miró a Sakura, quien con su expresión le hizo saber que también se había enterado hacía poco tiempo.
—Servías en mi casa— señaló el Uchiha —¿Cómo pude tener a una maldita princesa de esclava y no saberlo?
—Yo huí de mi pueblo, mi padre me había comprometido con un hombre mucho mayor... Decidí irme, pero fuí atrapada en el camino por los guerreros Uchiha, recibiendo el castigo por escapar de mis responsabilidades— murmuró estremecida. No hacía falta explicar más, pues todos conocían los tratos indecentes que se le daban a los esclavos.
—Entonces los groenlandeses te están buscando— concluyó el rey —Solo tomaron a Sarada como un intercambio.
—Naruto, pueden hacerle cualquier cosa a mi hija— siseó Sasuke.
—Yo estoy dispuesta a volver, hablar con mi padre. Solo así la dejarán ir— dijo Hinata con convicción y limpiando sus lágrimas —Si lo que quiere es que vuelva, volveré. No puedo ocultarlo más tiempo y permitir que más gente sea herida por mi causa... sobre todo si es la princesa— dijo en voz baja pero firme.
Ambos berserker miraron a Sakura otra vez, la pelirrosa estaba en verdad enojada, incluso decepcionada.
—Entonces no hay más que hablar— concluyó el Uchiha —Te llevaremos con tu padre...
—Espera Sasuke...— murmuró Naruto, ganándose un ceño fruncido.
—¡¿Qué tengo que esperar?!
—Olvidas que está casada con Sakura...
—Mi señor, está bien...— murmuró la pequeña mujer y miró a su esposa, quién no le daba atención —Fué mi error.
—Aún así— dudó Naruto.
—¡¿Pero qué estás pensando?!— exigió el Uchiha muy enojado.
—Sakura, retiraré. Te llamaré después para informarte mi decisión— habló, ignorando a su esposo y sin oportunidad a objeciones.
Cuando las dos mujeres y sus hijos se marcharon, Naruto dejó su trono y fué seguido por Sasuke hasta la habitación principal, la que había sido de sus padres y ahora ocupaba. Karin se había ido hacía horas, llevándose a sus hijos, su madre y todas las pertenencias que pudo cargar. Para dónde fué, no le importó, mientras no volviera a verla nunca en su vida.
Con una seña le indicó a un sirviente que llenara la bañera y trajera comida para los dos, antes de sentarse en el lecho y comenzar a quitarse las botas. Sasuke, sin poder resistir más su enojo, se plantó delante y lo obligó a mirarlo.
—¡¿Qué mierda estás haciendo?!— bramó.
—Evitando entregar una vida por otra.
—¡Es nuestra hija!— recordó —Hinata fué la que huyó, y la causante de que hayas estado siete años en el frente de guerra.
—Sabes que no es así. Los groenlandeses han sido enemigos desde mucho antes. Simplemente estás buscando no sentirte tan culpable.
—¡¿Sentirme culpable?! No me sentiría culpable de absolutamente nada, con tal de salvar a Sarada. Pensé que tú lo entendías...— siseó y Naruto se puso de pie, obligándolo a retroceder un paso.
—Puede que hace poco que sepa que tengo una hija, y eso no la haces menos importante para mí, de lo que es para tí— confesó severo —Pero Sakura es prácticamente una hermana. Hinata y ella tienen dos hijos, a punto de tener un tercero... No puedo ordenar que entregue lo que ama por mi bien ¿En qué me diferenciaría de mi padre o de las personas que le dieron la espalda a mi madre, si entrego a la princesa?
Sasuke clavó sus ojos negros en él y gruñó de impotencia.
—Entonces quieres luchar... ¿No? Teniendo la oportunidad de no hacerlo...— lo vió asentir una sola vez, y cuando fué a acariciar su rostro, se alejó más —Si le ocurre algo a Sarada, Naruto; si resulta dañada de alguna forma durante la batalla... no te lo voy a perdonar— sentenció y lo dejó solo.
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GUERREROS
FanfictionLos elegidos de Thor, guerreros poderosos llamados berserkers; eran los dominantes de la Noruega del siglo VI. Tras un periodo de guerra se crearon alianzas para que la paz fuese duradera, pero un amor inusual iba a traer la desgracia para el pueblo...