Mordiendo su labio para contenerse, observaba a Sasuke lamer su erección, de rodillas, sobre las pieles del lecho que había arrojado al suelo de madera, delante de la única fuente de luz y calor en la cabaña. La tormenta había provocado el descenso de la temperatura de invierno, y el vapor que desprendían sus pieles cálidas era visible como humo. Dos poderosos cuerpos de guerreros que se devoraban con la mirada y en búsqueda de liberar la tensión que cargaban.
El Uchiha no se opuso cuando Naruto sostuvo su cabeza para mantenerla quieta y así follar su boca con lentitud, pero llegando profundo en el proceso. Lo soltó jadeante y con los labios húmedos, pero deseoso de más. Sasuke tiró de su mano hasta guiarlo a acostarse bocarriba sobre las pieles; otra vez se inclinó para darle placer con su boca, pero subió después por su pecho, intercambiando el estímulo con su mano y viendo con satisfacción como el rey inclinaba la cabeza hacia atrás y suspiraba.
El roce de su agarre era brusco, rápido, notando cada vena de su virilidad y la lisa y rojiza cabeza, la cual apretó con un dedo para luego jugar con la humedad que allí estaba. Probó su sabor salado nuevamente y queriendo compartirlo, subió a horcajadas sobre el rey y lo besó sin mesura. Naruto agarró su nuca y bramó de placer en sus labios. Comenzó a adueñarse de su cuerpo con brazos posesivos y toscos.
Pero en cada acción había un sentimiento que resaltaba: devoción; una tan grande que no necesitaban palabras para expresar su sentir, su atadura. Y en esos jadeos y gruñidos había un leve tono de angustia, de miedo a la perdida que ya una vez habían sufrido y los sucesos que acontecían.
Cuando tuvo a Sasuke lleno, observando su torso arquearse hacia atrás y su pecho moverse ante una rápida y errática respiración, el rey de Noruega cerró los ojos y sonrió solo un poco. Un gesto estrangulado, un gozo amargo.
—¡Aghh...!— jadeó cuando Sasuke comenzó a moverse y luego, tras éste inclinarse y sujetar sus muñecas para mantenerlas al lado de su cabeza, Naruto se incorporó un poco y juntó sus frentes.
Se suponía que era el dominante, pero el Uchiha lo tenía completamente a su merced, cabalgando sobre él sin darle tregua. Apretó los dientes y siseó ante su primer orgasmo, vetado de movimiento por el agarre fuerte del berserker de pelo negro sobre sus manos. Solo cuando se hubo calmado, Sasuke lo soltó y comenzó a masturbarse a sí mismo, no tardando en manchar su pecho. Con los dedos embarró su abdomen de manera posesiva, complaciéndose de forma morbosa.
En poderosas embestidas Naruto lo tomó desde atrás, sujetándo sus caderas y clavando los dedos en su piel, admirando como la musculosa espalda de su esposo se tensaba cada vez que tocaba fondo. Separó sus nalgas para observar como su erección se perdía en su interior, encendiendo más su lascivia, enalteciendo su hego y elevando su disfrute. Buscando más profundidad apoyó su peso sobre él y Sasuke fué obligado a permanecer acostado contra las pieles; sus ojos observando las sombras del rey en la pared de madera, mientras éste lo gozaba sin restricciones.
Cuando sintió el aliento en su nuca, el Uchiha jadeó ante el presentimiento de lo que vino después; una dolorosa mordida que sumada al placer que sentía, fué suficiente para que llegara entre roncos gruñidos junto a Naruto.
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Con ojos entrecerrados observaba la leña crepitar, pensativo, mientra en sus brazos mantenía a un Sasuke dormido, protegiéndolo del frío con su cuerpo. Su atención se dirigió al collar con las tres garras de oso que nunca se quitaba, y luego a las cicatrices que tenía en su propio pecho. Ya no recordaba cuanto dolió esa herida, pero a falta del lazo con el que ataban las manos de una pareja en la boda, eso mostraba quizás el día en el que confesaron sin palabras su amor.
Suspiró también agotado y recostó la cabeza para intentar descansar el poco tiempo que quedaba antes del amanecer; pero nada más sumergirse en el sueño una voz que había escuchado antes volvió a resonar en su mente, ligera como una flauta de caña.

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GUERREROS
FanfictionLos elegidos de Thor, guerreros poderosos llamados berserkers; eran los dominantes de la Noruega del siglo VI. Tras un periodo de guerra se crearon alianzas para que la paz fuese duradera, pero un amor inusual iba a traer la desgracia para el pueblo...