┌┈┄┈┄┈❀┈┄┈┄┈┐
𝕯í𝖆 5
└┈┄┈┄┈❀┈┄┈┄┈┘
━━━━━━"Sonrisas"━━━━━━
༺❀༻∘◦❀──────────
──────────∘◦❀
Todo había terminado.
Su vida está llegando a su fin.
Hace muchos años atrás Kagome y Moroha habían muerto, Kagome murió por edad al igual que su hija Moroha. Y se encontraba nuevamente como al principio.
Solo.
Nuevamente había comenzado a odiar ser un hanyou, a pesar de que los humanos ya no lo odiaban pues después de la muerte de Kagome el se quedó protegiendo la aldea de otros demonios, pero aún así por su sangre demoníaca viviría muchos más años que los humanos, todos sus amigos y su esposa se habían marchado ya hace muchos años atrás, aún así no era el único en esto pues Sesshomaru también termino perdiendo a Rin pero sus hijas aún seguían con el, al ser hanyou como el. Ambos habían perdido a personas queridas, a diferencia de uno que los había perdido a todos y el otro que aún le quedaban personas preciadas a su lado.
Y con el pasar de los años ya no sentía ganas de vivir, se sentía como un cascarón vacío pero aún seguía adelante pues debía de proteger a la gente de la aldea en la que vivía. Y a pesar de que siempre los derrotaba, no evitaba que saliera herido en alguna de las peleas, además de que tampoco trataba sus heridas como era debido, todo eso comenzaba a pasarle factura. Y eso era notable en este momento pues había tenido una pelea con un demonio que no era tan fuerte, pero que era capaz de producir un fuerte veneno que perforó en sus heridas que aún no estaban curadas, causando que se le dificultará un poco vencer al demonio, pero aún así el veneno ya se había esparcido demasiado en su cuerpo podría presentir que no le quedaba más tiempo, pues aunque encontrará a alguien que fuera capaz de curarlo ya sería tarde pues ya estaría muerto.
Se resignó y simplemente acepto su destino, pero no tenía pensado morir fuera de su aldea, por qué se encamino hacia ella, la cuál no estaba muy lejos. Con pasos lentos y regulando su respiración comenzó a caminar rumbo a la aldea, pero con cada minuto que pasaba el veneno se esparcía por su cuerpo, solo logro llegar a la entrada de la aldea por lo que inconscientemente estaba frente al árbol de las edades, acarició el tronco con nostalgia más al ver la cicatriz que había dejado la flecha de Kikyo. Se dobló debido al dolor, por lo que terminó en el suelo con su espalda recostada en el árbol, miraba el cielo que se estaba tornando de un hermoso color anaranjado dando paso al atardecer, Inuyasha sentía como su respiración se estaba ralentizando al ser mitad humano el veneno hacía efecto más rápido, lo único bueno es que era casi indoloro. Solo sentía punzadas de dolor cuando el veneno llegaba a uno de sus órganos, mientras tanto no. Pero aún así no hacía nada para salvarse, después de vivir varios siglos ahora estaba abrazando la muerte, tal vez ya era su momento de partir, y para el estaba bien había sido feliz. De lo único que se arrepentía era no poder volver a ver a su primer amor, incluso aunque no fuera la real, no después de que su hija le contará que habían hablado con el árbol de las edades quien había tomado prestada la apariencia de Kikyo. Le hubiera gustado verlo con sus propios ojos, ver una vez más la apariencia de la bella sacerdotisa,pues a pesar de estar con Kagome y tener una hija, Kikyo siempre estaría en su corazón.
Suspiro y sonrió con felicidad para cerrar sus ojos y nunca volverlos a abrir.
Sin embargo volvió a abrirlos, más no se encontraba en el bosque si no en un prado de flores que se le hacía sumamente familiar.— Inuyasha...
Aquella voz, era imposible hace cuánto no escuchaba esa voz. Se dió la vuelta rápidamente y ahí la vió, no cabía duda de que ella, aquel largo cabello negro y esos ojos color miel que nunca había olvidado. Sentía un mar de emociones alegría, paz, nostalgia, miedo, amor, desconfianza y más, que se sentía a punto de desfallecer. Ahora sabía porque este prado se le hacía familiar, también fue aquí donde había visto a Kikyo después de su muerte, cuando lo habían metido a esa ilusión.
Su corazón salto cuando Kikyo le sonrió, no sabía lo mucho que había extrañado esa sonrisa, aquella que solo le mostraba a el, una sonrisa cargada de amor y cariño.
— Inuyasha estás listo para venir conmigo?... — dijo extendiendo su mano hacia el.
Inuyasha sonrió con alegría, no se creía merecedor de que le concedieran su deseo de volver a ver a Kikyo, mucho menos de que ella estuviera esperándolo aquí todo este tiempo, pero aún así de sentía sumamente agradecido por poder estar a su lado, por lo que extendió su mano tomando la delicada mano de la sacerdotisa. Sintiendo una inmensa alegría y euforia al ser capaz de percibir un poco de calor en aquella piel.
— Lamento haberte hecho esperar.... — se disculpó apretando levemente la mano de la mujer mientras comenzaban a caminar.
—No te disculpes.... Más importante, fuiste feliz?
— Si lo fuí... — respondió sincero.
Ya que era cierto, había sido feliz cuando conoció a Kikyo y se enamoraron, cuando la volvió a ver cuándo la revivieron a contra de su voluntad, cuando se junto con Kagome y tuvieron a su pequeña, había tenido una buena vida.
— Me alegro mucho... — pronunció con felicidad Kikyo.
— Kikyo te extrañe mucho.
— Yo también Inuyasha, no sabes cuánto.
— Nunca he dejado de amarte... — confesó con la voz corta, sentía que estaba apunto de llorar.
— Yo también, siempre te amare incluso en nuestras próximas vidas.
— Yo también, siempre te amare en nuestras próximas vidas, no descansaré hasta tenerte a mi lado... — Juro sellando su promesa con un beso, como había extrañado esos labios — Te amo
— Yo también te amo Inuyasha..
Y así sus sonrisas eran muestras de la verdad en sus palabras, ellos no dejarían de amarse no importará los años que pasarán.
∘◦❀──────────
──────────∘◦❀
ESTÁS LEYENDO
Inukyo Month
FanfictionDrabless largos y cortos sobre está hermosa pareja. ∘◦❀- Si no te gusta esta pareja, por favor retirate. [Portada hecha por mi] Ranking: Ranking en Inukik #1 03/11/2022 Ranking en Inukyo #2 23/03/2023