Inukyo Month

XVI

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𝕯í𝖆 16
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━━━━━━"De paseo con Kaede"━━━━━━
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Se sentía irreal.

No sabía en qué momento comenzó a preocuparse por esa mujer y esa chiquilla. Mucho menos sabía cuándo comenzó a cuidarlas.

Cada vez que Kikyo salía de la aldea ya fuera en busca de hierbas medicinales o para exterminar algún demonio, el era quien se quedaba vigilando en la distancia a aquella mocosa que era la hermana menor de Kikyo. Aunque claramente le gustaría ir y vigilar a la sacerdotisa sabía muy bien que aquella mujer sabía protegerse muy bien no por nada era muy temida entre los demonios debido a su gran poder espiritual y entre los humanos ante su gran puntería con el arco. Así que está vez había elegido quedarse a "vigilar" a esa niña pues después de lo que había pasado con la mujer ciempiés, no sabía porque se preocupaba por cuidar de la mocosa, el no lo sabía pero el instinto protector de hermano mayor se le había activado con Kaede.

Por lo que observaba cómo la niña estaba practicando su tiro con el arco, se le hacía curioso como la niña había rechazado a los otros niños que la invitaron a jugar, había preferido entrenar a ir a jugar como una niña normal. Pero al fin y al cabo esa niña no era del todo normal, pues era la hermana menor de la sacerdotisa protectora de la perla de shikon.

Estuvo un buen rato observándo cómo la niña practicaba y fallaba una y otra vez, el cómo se frustraba al no poder clavar la flecha en el árbol. Pero aún así no dejaba de seguir intentándolo, aquello sin saber porque hizo sonreír a Inuyasha se notaba claramente que la niña era hermana de Kikyo, pues no sé rendía jamás hasta conseguir lo que se proponía. Tan ocupado estaba mirando a la niña que no notó como alguien se acercaba por detrás de el.

Brincó por reflejó ante el golpe que le habían dando en el hombro, se giró para encararse a quien se había osado al hacer tal atrevimiento, pero todas las blasfemias que pensaba soltar se murieron en su garganta al ver de quién se trataba.

Era Kikyo quien habla regresado de su misión y al entrar a la aldea preguntó a algunos aldeanos si habían visto a Kaede, todos le decían que no la habían visto haciendo que la preocupación comenzara a correr por su cuerpo, estaba a punto de poner a correr para buscarla cuando una niña de la aldea que la había visto entrar al bosque con un arco y flechas después de decirles que no jugaría con ellos, Kikyo le agradeció y le revolvió el cabello para ir al bosque. Kikyo estaba curiosa el porque Kaede había ingresado al bosque a practicar, normalmente lo hacía en el árbol sagrado por lo que no entendía porque está vez había sido diferente. Y cuando llegó vio a su hermana a lo lejos, pero no estaba sola pues a unos cuantos metros de ella estaba Inuyasha escondido mirando fijamente a Kaede, aquello la extraño un poco por lo que en vez de acercarse a su hermana, lo hizo con el híbrido y al estar detrás de él le golpeó ligeramente el hombro para llamar su atención pero no sé esperaba que lo asustara.

— Lo siento, no era mi intención asustarte.... — se disculpó.

— Que? No me asusté!... — reclamó Inuyasha.

— Está bien como tú digas..  

— Que no me asusté te digo!!...

— ¿Hermana?.... — se vieron interrumpidos por la presencia de la niña, quien se había acercado por los gritos.

— Kaede he vuelto...

—Bienvenida hermana! — pronunció abrazándola — pero tú qué haces aquí Inuyasha?..

— Tsk nada que te importe mocosa....

— No soy una mocosa!

— Claro que si no te has visto? — dijo mirándola de arriba a abajo — y además de eso enana también...

— Estoy en crecimiento!

— ajá si...

— Es cierto!... Hermana Kikyo!... — exclamó buscando ayuda.

— No peleen que les parece si mejor damos un paseo?..

— Un paseo???.... — pronunciaron al mismo tiempo híbrido y humana.

— Si un paseo... 

Y eso fue lo último que dijo para comenzar a caminar, seguida por Inuyasha y Kaede. Estuvieron un rato caminando por el bosque en silencio, hasta que llegaron a un campo repleto de flores y mariposas que revoloteaban de un lado a otro. Ante eso Kaede no espero y rápidamente salió corriendo directo a las mariposas, quienes volaron en cuanto la niña llegó pero eso no detuvo a la pequeña en jugar con algunas mariposas que se le comenzaban a acercarse.

Por el otro lado Kikyo y Inuyasha se acercaron para sentarse sobre el pasto, la bella sacerdotisa miraba con una sonrisa dulce a su hermana, eso era lo que quería que Kaede se divirtiera cómo lo que era, una niña. En cambio Inuyasha estaba embelesado con la sonrisa de Kikyo, estuvo mirándola un rato para después dirigir su vista a la niña que ahora lanzaba pétalos de flores con las mariposas revoloteando a su alrededor, esa escena inevitablemente le saco una sonrisa, una sonrisa que no pasó desapercibida para Kikyo.

— Sabes deberíamos hacer esto seguido no crees?... — hablo llamando la atención de Inuyasha — ya sabes salir de paseo con Kaede.

— Tsk! Conmigo no cuentes... — pronunció ladeando la cabeza al otro lado mientras jugaba con la hierba.

Aquella acción solo divirtió a Kikyo, pues aunque Inuyasha lo negará sabe que le agrado salir de paseo con Kaede. Y eso era lo que anhelaba, pues ella quería que Inuyasha y Kaede se llevarán bien. Que las dos personas más importantes en su vida y a las que más amaba se llevarán bien, era lo único que pedía.

Pero tal vez salir de paseo con Kaede nuevamente haría que eso se empezará a cumplir.

Con un plan en mente Kikyo sonrió extrañando a Inuyasha.

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