Inukyo Month

XXV

┌┈┄┈┄┈❀┈┄┈┄┈┐
𝕯í𝖆 25
└┈┄┈┄┈❀┈┄┈┄┈┘

━━━━━━"Paseo familiar"━━━━━━
༺❀༻

∘◦❀──────────

──────────∘◦❀

Kikyo no podía evitar sentirse feliz, al ver a sus pequeños jugar con su padre.

Su sueño de ser una mujer normal se había cumplido, y vivía una vida feliz justo al lado del hombre que amaba. Aún no entendía como pues lo último que recordaba era que había muerto en los brazos de Inuyasha y después había despertado bajo el árbol de las edades completamente viva. Estaba en shock no sabía lo que había pasado y por la mirada que Inuyasha le estaba otorgando el tampoco tenía idea de lo que estaba sucediendo.

Inuyasha había estado merodeando por el bosque, cuando se detuvo en seco al percibir el indiscutible aroma de Kikyo, debido a eso corrió como loco hasta el origen del aroma y entonces ahí la vió, sentada mirando sus manos con sorpresa sin poder créer lo que estaba pasando, el tampoco podía creer lo que estaba pasando, creía que se trataba de un sueño pero no lo era. Ella estaba viva.

Kikyo estaba con vida.

Sin perder el tiempo Inuyasha la estrujó entre sus brazos, deleitándose con el calor que su cuerpo emanaba una prueba más de que ella estaba viva. Rápidamente Inuyasha la puso al tanto de todo lo que había pasado después de su muerte, el como casi se iba con ella, como acabaron con Naraku y como Kagome se había desecho de la perla de Shikon. Cuando Inuyasha menciono eso, Kikyo no pudo evitar sonreír había hecho bien en dejar que Kagome se encargará del resto.

Después de que el relato termino, Inuyasha le cuestionó el como había vuelto a la vida, pero incluso Kikyo lo desconocía ella solo recordaba que antes de volver a despertar jura haber escuchado la voz de Midoriko decirle;

"Mereces ser feliz después de todo tu sacrificio"

Inuyasha había sonreído en grande mientras mentalmente le agradecía a la Sacerdotisa Midoriko por traerle de vuelta a Kikyo. No tardaron mucho en retomar su relación anterior, aunque teniendo en cuenta que ellos nunca terminaron técnicamente seguían siendo pareja. Tanto como Kikyo cómo Inuyasha se sentían plenos, estaban viviendo la vida con la que siempre soñaron antes de Naraku interfiera en sus vidas, y así con tan solo unos meses de regresar su primer hijo fue concebido. Inuyasha estaba que no cabía de la felicidad, cuando Kikyo le dió la noticia sobre su embarazo se la paso a sol y luna cuidando de ella mientras también cumplía con su deber de proteger la aldea, algo que Kikyo también quería hacer pues había vuelto a la vida con sus poderes espirituales, pero sin la perla de shikon su cargará no era tan grande. Sin embargo Inuyasha le prohibía que le ayudará a eliminar a los demonios pues no quería que nada malo le pasará a ella y al cachorro que llevaba en su vientre. Y el tiempo pasó volando, su pequeño había nacido siendo una copia exacta de Inuyasha y solo poco después nació su pequeña princesa quien era una copia exacta de ella con un par de lindas orejas herencia de su padre.

Sus hijos eran la perfecta combinada de ambos, Takeru la mayoría del tiempo se comportaba como su padre pero había momentos donde sacaba a relucir su temperamento tranquilo y serio igual al de su madre y lo mismo pasaba con Izayoi a quien habían llamado así en honor a la madre de Inuyasha, la pequeña se comportaba casi siempre como Kikyo, pero cuando se encontraba en compañía de su hermano y padre sacaba a relucir esa personalidad traviesa y alegre que había heredado de su padre. Debido a eso naturalmente todos creían que sería cansado lidiar con tres personas con personalidades traviesas, pero para Kikyo no pues para ella era fácil tranquilizarlos y ordenarles ya que tanto padre como hijos cumplían al pie de la letra todo lo que Kikyo dijera. Sin embargo había ocasiones en la que los niños se salían con la suya, pues sabían muy bien que la mayor debilidad de su madre eran ellos por lo que rogaron para que salieran a dar un paseo familiar antes de la cena y lo lograron.

Todo gracias a sus ojos de cachorro.

Así la familia de cuatro integrantes tomaron un paseo por el bosque, y se detuvieron en un prado para jugar un rato. Para después regresar a su hogar a comer una rica cena.

Kikyo reía levemente al ver a sus hijos pelear con su padre por la comida, le agradecía enormemente a Midoriko por haberle dado otra oportunidad de ser feliz.

∘◦❀──────────

──────────∘◦❀