IX

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━━━━━━"Lugar donde nos conocimos"━━━━━━
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En una noche de luna nueva, fue cuando todo se marcó.

Inuyasha buscaba solo un lugar donde refugiarse cuando el aroma a sangre llegó a sus fosas nasales, y en medio de aquel mar de muerte se encontraba una mujer. Una mujer que lo amenazó de muerte con una mirada fría mientras el cielo se caía, pero no pasó mucho para que ella colapsara. No tardó en acercarse a ella mirándola detenidamente, preguntándose que clase de sacerdotisa era.

Y justamente esa noche se enteró sobre la perla de shikon.

Por lo que al día siguiente apareció delante de Kikyo exigiendo que le entregará la perla, pero ella solo lo dejo colgado en el tronco de un árbol, pero sin darle el último golpe. No entendía porque no lo hacía, y poco después de haber salvado a la hermana menor de aquella mujer, fue cuando comenzaron a acercarse más y también empezaron a florecer sentimientos el uno por el otro.

Inuyasha siempre acompañaba a Kikyo a dónde ella fuera, y ella siempre se mantenía a su lado.

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Inuyasha se encontraba encima de un árbol con los brazos cruzados, había acompañado a Kikyo y su hermana menor a recolectar hierbas medicinales. Estaba un poco irritado por algo que había pasado en la mañana, pues a pesar de que Kikyo es la protectora de la aldea, eso no evita que varios jóvenes se acerquen con la intención de proponerle matrimonio, pero estos terminaban siendo rechazados de manera amable. Aún así eso no evitaba que a Inuyasha le provocará celos y irá. Pero es que no podían culparlo, sabía muy bien que la belleza de Kikyo era abrumadora por lo que no era extraño que llamara la atención del sexo opuesto. Por reojo seguía vigilando a Kikyo y Kaede, ya habían terminado de recolectar las hierbas y ahora se encontraban tejiendo entre varias flores para formar una corona de flores.

— Inuyasha ven aquí un momento....

— No lo haré!... — refunfuño girando el rostro hacia el lado contrario.

— Por favor hermano Inuyasha!  — ante eso el mencionado casi de cae de la rama en la que estaba.

— A quien le estás diciendo hermano mocosa!?.  — grito.

— Inuyasha por favor si?

Y esa mirada, Inuyasha era débil ante la mirada dulce de Kikyo por lo que no duró mucho para aceptar, por lo que bajo del árbol y se acercó a ambas para sentarse en la hierba.

— Ya estoy aquí, para que me querían?

Y en cuanto terminó de decir eso, sintió las manos de Kikyo rozar sus orejas. Le había colocado la corona de flores que estaba haciendo.

— Te queda bien...  — pronunció Kikyo sonriendo.

— P-Pero que!?!? — mascullo avergonzado, su rostro estaba de un rojo intenso.

— Awwww Inuyasha se ve muy lindo!.... — exclamó Kaede con ternura dando saltitos de felicidad, pero eso no duró mucho al recibir la mirada enojada del híbrido, por lo que era mejor salir de ahí y dejar que su querida hermana mayor se encargará de tranquilizar a la bestia— Hermana, iré por más flores para más coronas....

— Está bien Kaede pero no te vayas a alejar mucho...

— Si!!!...

Kikyo miró de nuevo a Inuyasha que aún se veía algo rojo denotando que aún estaba avergonzado, ante esa imagen no pudo evitar sentir mucha ternura pues Inuyasha con aquella corona en su cabeza lo hacía ver sumamente adorable.

— Kikyo...

— Si?

— Porque te gusta venir mucho aquí?... — preguntó el híbrido mirándola fijamente.

Ante esa pregunta la sacerdotisa se quedó muda, duda su decirle la verdad razón por la que le gustaba venir a este lugar o mentirle al respecto, pero al ver la seriedad en el rostro de Inuyasha sabía que no podía mentirle, además de que la corona de flores lo hacía ver más irresistible a decirle que no.

— Pues la verdad.... Me gusta venir aquí por que fue donde nos conocimos, lo recuerdas?

— Mmmm.... Oh sí, lo recuerdo fue en una noche lluviosa no?

— Si, esa vez me dejaste vivir a pesar de que podías haberme matado cuando me desmayé, por lo que me sentí muy agradecida contigo y creia que eras diferente...

Inuyasha la escuchaba atentamente.

— Y después nuestros encuentros comunmente eran aquí en el bosque, tratando de quitarme la perla pero terminabas colgado. — río levemente.

— Oye!... — pronunció indignado.

— Por eso amo este lugar porque fue el lugar donde nos conocimos...











— Te encanta hacerme avergonzar verdad Kikyo?.... — pronunció ocultando su rostro con sus manos para que no se viera su sonrojo pero fallando estrepitosamente.

— Jeje si un poco....

— Hermana regrese!... — pronunció Kaede con un ramo de flores en sus manos, pero se quedó viendo curiosa a su hermana y el híbrido — Paso algo?

— No es nada Kaede, mejor vámonos....

— Está bien!...

— Vienes Inuyasha? — preguntó al peli-plateado quien no tardó en ponerse de pie.

— Si

— Bien vamos a casa.... — pronunció la bella sacerdotisa para comenzar a caminar con Inuyasha a su lado y Kaede adelante de ellos.

Parecían una familia.

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