Hinata suspiró por enésima vez. Un desastre. Un total y completo desastre. La misión había sido un aparente éxito, pero después de someter a estudios los hallazgos en el laboratorio, se consideró que la idea de asesinato sin someter al grupo a un interrogatorio, fue una idea apresurada y sin juicio. Lady Tsunade dio la orden, pero por alguna razón, el peso de las acciones recayeron en el líder que consintió la orden, siendo el Uchiha quien pagaría por cada plato roto. La Hyuga no podía dejar de pensar en lo ilógico que sonaba, como ninjas, se les inclulcaba de la lealtad y obediencia absoluta. Sin cuestionamientos. Entonces, ¿por qué actuaban como si Uchiha-san fuera soberano? ¿Por qué el consejo de ancianos insistía en verlo a él como culpable?
Observó el pergamino en donde se le notificaba que debía presentarse a testificar lo ocurrido en la misión. Sumando a las cosas extrañas, incluso siendo testigo, los detalles del juicio le habían sido ocultos. Obediencia absoluta. Ella solo debía ir, cumplir y retirarse, los detalles no eran necesarios, porque de nuevo, solo se esperaba la obediencia absoluta de una kunoichi.
Shisui Uchiha fue declarado vivo, ahora Hinata se sentía culpable de no haber hecho algo para impedir que esa información se revelara. En realidad, estaba casi segura que con el racionamiento adecuado, Shino hubiese estado de acuerdo, pero no podía reparar un plato que ya había sido lanzado al suelo. Al no obtener las respuestas que quería, se propuso a desmantelar los misterios del clan Uchiha, en un principio, creyó que la información no fluía por ser ella una Hyuga y todos conocían la delicada relación entre ambos clanes; pero no, no se trataba de ella. Después de una conversación amistosa con su guardián, se dio cuenta que simplemente lo concerniente al clan Uchiha estaba siendo censurado. Además del golpe de estado, no se mencionaba nada de ellos. Por debajera, lo máximo que llegó a saber es que el tercer Hokage tenía cierto apego hacia ellos y debido a eso, se había estado buscando su remplazo. Luego se venía una cortina de humo que le ponía los pelos de punta.
—Hinata-sama, quizás no tiene caso—comentó, Neji, desde su asiento—. Todo lo que hemos leído apunta que el pájaro enjaulado fue creado como protección al byakugan.
—Si eso es así, ¿por qué solo la rama secundaria lo porta?—negó con la cabeza—. Quizás esa haya sido la idea original, pero se distorsionaron los propósitos en el camino.
—¿Asegurar lealtad?
—La rama principal puede traicionar igual, ¿te enteraste de Danzo, Neji-niisan?—puso el ejemplo de lo único que ha rondado su cabeza en una semana.
El suspiró—¿Deberíamos portar todos el sello?
Ahora fue el turno de Hinata de suspirar—La marca de Orochimaru se refleja con tres tomoes formando un círculo—imitó la forma con sus dedos—. Cuando solicitan poder, ésta se expande por todo el cuerpo, alterando la imagen corporal del individuo—puso un dedo en su mentón—. Le da poder, pero a la vez los destruye a nivel interno, ¿es así?
—Aparentemente lo es.
—El sello está ubicado a nivel interno, tiene que ser de esa forma. Es posible verlo desde el exterior porque no fue mediante el uso de sellos manuales sino imitando a una serpiente que se impuso—ella miró a su primo, totalmente metida en sus pensamientos—. ¿Qué tal si hablamos de un sello a nivel interno que destruya el byakugan al momento de la muerte del portador? Orochimaru-san utiliza la energía de la naturaleza, con las personas adecuadas podríamos imitarla.
—¿Qué hay de los intentos de traición?
—Tendremos que lidiar con eso de la manera en que el resto del mundo lo hace. Si damos motivos a nuestra gente para quedarse con nosotros, será suficiente, quizás hayan quienes nos den la espalda de todos modos, pero es mejor que atar a las personas a nosotros.
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Destino
FanfictionDespués del ataque del Kyubi, algo pasa, no se sabe qué, pero Obito Uchiha cruza la entrada de la aldea escondida entre las hojas, confesando sus crímenes y hablando una historia fabulosa relacionada con Madara Uchiha. Su destino es claro: Cárcel o...