Destino

Capítulo 29

De repente los días parecieron transcurrir rápidamente, ella debería haber centrado su atención en temas que beneficiaran al clan o a ella misma como ninja. Sin embargo, sus pasos pesados en los últimos días fueron en dirección a un cuarto en la torre Hokage donde tenía una pila de documentos transcritos a mano sobre los Uzumaki y Kushina Uzumaki.

En los registros, se explicaba que los Uzumaki eran un grupo extinto con especialidad en técnicas de sellado. No solo eso, se caracterizaban por tener grandes reservas de chakra, energía vital y un distintivo cabello rojizo. En momentos de peligro, Naruto había recurrido al chakra del Kyubi, por lo que no podía asegurar que él tuviese grandes reservas propias de chakra, sin embargo, podría considerarlo todavía, si tomaba en cuenta que el jutsu multiclones de sombra lo realizaba solo con su propia energía. La longevidad era un misterio y en última instancia, Naruto era rubio.

—Aunque Lady Tsunade tampoco lo es.—murmuró, mordiendo su labio inferior.

La quinta hokage era reconocida como descendiente directa del clan Uzumaki para aquellos que la existencia del mismo no fuera un secreto. Desconocía el árbol genealógico completo, pero significaba que el cabello rojo no era una regla.

Detuvo su andar.

Agradeció por su byakugan y las facilidades que le otorgaba su aguda visión. Desde el examen escrito para ascender a chunin, no imaginó tener que usar su dojutsu de esa manera, escanear cada registro en busca de cualquier escrito referente a Kushina Uzumaki y transcribirlos a mano para releerlos y analizarlos.

Le tomó alrededor de cuatro días descubrir algo. Kushina era la antigua portadora de la bestia de nueve colas, se había radicado en Konoha porque se casó con Minato Namikaze, el cuarto hokage.

En un acto reflejo, alzó su vista a la roca Hokage, el rostro esculpido adulto y maduro apesar de ser conocido por tomar el puesto a una edad temprana. Frunció el ceño.

He visto ese corte antes.

Examinó minuciosamente sus recuerdos y una vez que la pieza que faltaba, aquella que le resultaba familiar hizo click, reanudó su marcha. Por supuesto que el corte lo había visto antes.

—¡Hinata!

No volteó ni se detuvo. Mantuvo el paso y se encerró en su pequeño escondite. Tomó una hoja en blanco, hizo la imagen mental en su cabeza y al hacer posiciones de manos, anunció el jutsu de transformación. Una cortina de humo se esparció y la hoja en blanco era una fotografía que había visto en el álbum de Kakashi-sensei.

El peligris y el pelinegro viéndose con desagrado, siendo contenidos por un hombre de cabello rubio, posando sus manos en la coronilla de la cabeza de ambos chicos. En la fotografía habían cinco integrantes: tres hombres y dos mujeres, una de cabello castaño y otra pelirroja, ambas posando.

Señaló al cuarto hokage—Minato Namikaze—descendió al peligris—, Kakashi-sensei—desplazó su dedo hacia el pelinegro, tragó saliva—, Obito Uchiha—apuntó a la castaña, sintiendo esa sensación pesada en la boca del estómago—, Rin Nohara—miró la sonrisa alegre de la pelirroja—, y Kushina Uzumaki.

Naruto nació en octubre, cabía la posibilidad que fuera una coincidencia, pero octubre era el mismo mes en que el Kyubi atacó la aldea. Si Kushina-san era la anterior jinchuriki, algo debió haber salido mal durante el parto.

¿El sello se debilitó?, desde que investigó para el pájaro enjaulado, llegó a la conclusión que no habían técnicas perfectas, siempre se podría encontrar una debilidad.

La historia no era libre de agujeros argumentales. Si se permitió que un jinchuriki tuviera un bebé, ¿lidiarían con los riesgos y admitirían un parto dentro de la aldea? De lo contrario, ¿cómo había llegado el nueve colas hasta la aldea y por qué ir hacia la aldea? Desconocía cómo pensaban las bestias con cola, pero a menos que fueran utilizadas como arma militar, evitaban la civilización.