Capítulo 27

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Inaudito, se quejó Hinata, mirando a través de la ventana.

Después del encuentro con el Uchiha, las emociones conquistaron sus dudas y se había dirigido en busca de su primo para contarle las buenas nuevas: Uchiha-san había regresado. Lo buscó por todas partes, pero era como si se lo hubiera tragado la tierra, así que activó su byakugan... Y lo vio.

Miró hacia el escritorio, recordando la escena. Ella también tenía sus secretos, la mayoría de ellos relacionados con Obito Uchiha, pero no podía creer que después de haberle confesado acerca de sus románticos sentimientos por TenTen, le había ocultado que ya eran novios.

¡Lo más importante!, pensó, haciendo un mohín con los labios, se enteró por boca de alguien más.

Lo escuchó entre bromas de Kiba-kun y Shino-kun, no quiso creerlo porque él no se lo había comentado, pero realmente era como decían: Neji y TenTen estaban en una relación, ¿o por qué estarían besándose con esmero? Su byakugan resultaba tan eficaz que pudo ver claramente, parecían querer comerse, no podía concluir si el aire les faltaba en medio de la sesión de besos o cada vez que se separaban... Como sea, en unos segundos pudo notar su desesperación el uno por el otro, suponía que deseaban hacer más...

Hacer más, Hinata repitió en su cabeza, insegura de qué sería un "más" para su primo y TenTen.

Incluso si no logró llegar a una respuesta, sus mejillas se tiñeron de rojo cuando intentó ponerse en la misma situación con un cuerpo estándar sin rostro... Estuvo tentada por pensar en Naruto, pero le daba pena y se sentía un poco...fuera de lugar, incómodo, extraño... No, simplemente no era algo que quería ver.

Caminó hacia la puerta, deteniendo la mano en el picaporte. Sería injusto irrumpir en la privacidad de los enamorados y era muy pronto para regresar al complejo Hyuga. No quería andar a la deriva, no cuando podía encontrarse con Ino o con un Shikamaru dispuesto a hacer preguntas que ella no tenía ánimos para responder.

No hay opción, suspiró.

Dio un paso...

¡Pum!

Se detuvo.

¿Algo se cayó? Se oyó fuerte para ser un objeto.

Se dio la vuelta, caminó otro par de pasos y estirando el cuello, su corazón se detuvo.

¿Uchiha-san?, se quedó estática, con el latido del corazón cada vez más acelerado al notar que el cuerpo permanecía inerte. Sintió los brazos temblar e incapaz de acercarse, agudizó su visión, rogando en el interior que el hombre estuviera respirando. Su mente disparó ideas indecibles, sus ojos empezaron a quemar y dio pasos lentos hacia él, su cabeza ahora vociferando que él se miraba enfermo, débil... Y ella solo lo dejó ir. ¿Por qué solo lo dejó ir como si nada?

El sonido más claro de su sandalia chocando contra la madera y su cuerpo despertó de su congelamiento al escuchar el quejido masculino.

—¡Uchiha-san!— gritó.

Corrió desesperada, sintiendo como si el corazón quisiera salírsele por la boca. Juntando fuerza, el cuerpo boca abajo lo giró a supino y quitó la máscara, encontrando el rostro sudoroso y enrojecido del Uchiha. El pelinegro boqueó, dejando en evidencia sus esfuerzos por respirar.

Tocó su frente—¿Uchiha-san?—no hubo respuesta, estaba hirviendo.

Está bien, está bien.

Tragó saliva.

Se quitó el suéter e improvisó una almohada. Con cuidado de no lastimarlo, dejó reposar su cabeza ahí. Se levantó y rápidamente tomó unos sobres con medicina en solución, metiéndola en sus bolsillos. Se desvió hacia donde guardaba el futón y lo colocó cerca del Uchiha. Contó mentalmente hasta tres, levantando al pelinegro por la espalda y al introducir los brazos bajo las axilas masculinas, lo arrastró hasta que quedara en el centro del futón.

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