CAPITULO 9: Maldición

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Angélica y Ernesto estaban desayunando, sobre la mesa tenían un gran desayuno, tostadas, tasas de café, así como un tazón de frutas: naranja, durazno y fresa, así como una tetera para el té al medio día. Angélica estaba viendo las invitaciones para la fiesta de Rosalinda, que será el día de mañana, todos los invitados que asistirán son importantes; de familias importantes, así como el consejo real.

Por otro lado, Ernesto desayunaba, mientras oía a su esposa hablar de los miles de invitados que vendrán el día de mañana a la fiesta. Se supone que es el rey y debería organizar todo tipo de fiestas (antes sí lo hacía) pero después de que Alejandro murió, ya no tuvo motivos para organizar una. Después de su muerte, Angélica se encargó de todo eso; incluso en los cumpleaños de Rosalinda, ella fue la que organizo cada uno de ellos.

Comenzó a toser, tomo su taza de café y bebió un poco, Angélica lo miro, dejando de hablar y dejando las habitación aún lado, -Esa tos no me gusta - comento, Ernesto se incorporó, la tos no le preocupa, porqué puede manejarla, -Ya llamé a un doctor, estaré bien - no quiere preocuparla, no cuando mañana habrá una fiesta.

Rosalinda entró a la cocina en ese momento, llevaba puesto un vestido amarillo, con un pequeño chaleco que le cubría la parte de arriba. Ella se sentó en el comedor y una de las criadas del castillo, le sirvió su desayuno, ella le agradeció y después se retiro, -¿Vendrá mucha gente? - pregunto, tiene curiosidad cuanta gente vendrá a su fiesta.

-Familia importante, no tienes que preocuparte - comento Angélica.

La princesa solo asintió, -Mañana será un día importante, ¿Estás emocionada? - Ernesto volteo a verla.

-Un poco - no mintió está vez, como suele hacerlo, pero sí está algo nerviosa y asustada, la mayoría de las personas que vendrán, no la conocen lo suficiente y tampoco ella los conoce a ellos. Es reconfortante, que al menos, está fiesta no será tan aburrida como la de hace un año, bueno, al menos eso es lo que espera que suceda.

Ha pensado mucho, en volver a salir, pero tenía que ser después de la fiesta, cuando las cosas se acomoden un poco. También ha pensado en lo que Esmeralda le aconsejo: hacerse amiga de Susana, no entiende el porqué, pero vale la pena intentarlo. Siente que va a ser una tarea complicada, pero también Susana tiene que aportar un granito de arena, sí es que quieren las dos, que funcione.

Comió todo de prisa, incluso sus padres se dieron cuenta que llevaba prisa, -¿A dónde vas? - su madre le pregunto.

-¿Clase de arte? - lo dijo tan obvio, que miro a su madre incrédula que no lo decía enserio, pero sí es enserio, -Como tu dices, "tengo deberes de princesa" - dijo entre comillas.

Ernesto sonrió orgulloso, mientras que Angélica solo asintió y la dejo irse, -¿Sigue con sus clases? - cuestiono.

-Ya no las necesitará, cuando se haga la ceremonia.

-Tienes razón, creo que será una excelente reina.

-Yo también confió en que hará bien las cosas - comento, -Hablando de confiar, ¿Ya le diremos o no? - miro a su esposo, ella sabe muy bien, a que se refiere.

Ernesto suspiro cansado, sabe que tarde o temprano Rosalinda se enterará de la verdad, al igual que todo el reino, pero no se lo dirá en su fiesta y menos arruinarle algo importante para ella. Es por eso que prefiere esperar, -No... todavía no - dijo muy sensato.

-Tenemos que decirle, ya han pasado...

-¿Años? - susurro, -Lo sé, pero necesito pensarlo - dijo.

-¿Pensarlo?, no tenemos que pensarlo.

Esto lo estaba cansando, estaba frustrado y tampoco quiere romperle el corazón a su hija, de que su hermano no murió por causas naturales, -No, no se lo diremos... es un secreto que tenemos que guardar - se levanto y se fue, dejando a Angélica sola y decepcionarla otra vez.

PRINCESA GUERRERA  [Libro 1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora