CAPITULO 51: Conviertelo en cenizas

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— ¿Qué hiciste? — la voz de Adriana, hizo que Susana alzará su mirara y la viera a los ojos.

La cazadora estaba llorando, viendo a su madre con los ojos llorosos, con la mirada afligida y con la culpa invadiendo su mente.

El fuego a su alrededor, mostrándole el caos que había ocasionado, por su culpa. Susana miro a su madre, pidiéndole perdón por convertirse en este monstro y llorando, por no ser lo suficiente fuerte.

— Lo siento.

Adriana se agacha y coloca su mano en la cabeza de su hija, acariciando y mirándola con lástima.

— Tú no quieres que esté aquí, pero tampoco quieres que me vaya — menciona y las palabras de Adriana, lastiman demasiado a Susana.

— ¿Entonces por qué me condenas a está tortura?

— Yo nunca quise esto para ti — Adriana la mira y le duele ver lo que se ha convertido su hija.

La visión se hizo realidad.

Susana mira a su madre con odio y frunce el ceño, arrugando su frente, sintiendo cada célula de su cuerpo, mucha necesidad de arrancarle la garganta.

— Esto es tu culpa — gruñe en voz baja.

Adriana se endereza — No, es tu culpa — le muestra lo que hizo, lo que le hizo al mundo y Susana al ver todos los cadáveres en el suelo, abre sus ojos horrorizada.

Susana mira a su madre, en shock — No fue mi intención — intenta remediarlo, pero ya es demasiado tarde.

— Si lo fue, quemaste todo, todo lo que una vez, consideraste hogar.

Susana rompe en llanto y su voz se rompe, las lágrimas mojan más sus mejillas y le cuesta respirar. Siente que se ahoga, lleva sus manos a su pecho, jadea por la falta de aire y luego... explota, sintiendo como el fuego se apodera de ella.

Y luego despierta.

Cuando abre los ojos, nota que hay llamas alrededor de la cama. Susana traga saliva y respira pesado, tiene que tranquilizarse y que el fuego, solito se apagué. Intenta hacer eso, pero no funciona y Tony entra y ve el fuego, alrededor de la cama y se alarma.

— Apaga el fuego — le ordena.

Susana lo mira y a duras penas, lo apaga.

Han pasado dos días desde que recordó todo, se ha sentido mejor, pero no puede desaparecer sus pesadillas. Este sueño que tuvo, fue diferente, porque soñó con Adriana y en toda su vida, jamás la había soñado, hasta ahora.

— Estoy bien — Susana se pone de pie y se levanta de la cama.

Tony la mira y no sabe que creerle — No te creo.

— No me importa — responde de mala gana.

— Bien, no planeo discutir contigo hoy.

Susana rueda los ojos y va al baño, en donde se encierra y Tony puede oír el azote de la puerta y brinca del susto.

Va a la cocina y decide preparar el desayuno y es interrumpido, cuando tocan la puerta. Tony suspira y niega con la cabeza «solo quiero un momento de paz» piensa y va abrir la puerta.

Al hacerlo, se encuentra con el alcalde, de todas las personas que no quiere ver en este momento, el alcalde es una de esas personas que no quiere ver.

— ¿Puedo pasar? — el alcalde lo mira, siempre tan serio y propio a la vez.

PRINCESA GUERRERA  [Libro 1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora